Una instalación petrolera flotante e inactiva frente a la costa este de Venezuela está siendo reparada, según una persona familiarizada con el asunto, mientras imágenes que muestran la embarcación cargada de crudo inclinada han suscitado preocupaciones sobre posibles peligros ambientales.
La unidad flotante de almacenamiento y descarga (FSO, por su sigla en inglés) “Nabarima” es operada por la empresa conjunta Petrosucre, entre la estatal venezolana Petróleos de Venezuela y la italiana Eni.
Petrosucre suspendió la producción poco después de que Washington sancionara a PDVSA en enero de 2019.
Cerca de 1,3 millones de barriles de crudo Corocoro han quedado atascados en el barco, que se encuentra en el Golfo de Paria, ubicado entre Venezuela y Trinidad y Tobago. Las sanciones han privado a Petrosucre de su principal comprador de crudo, Citgo Petroleum Corp, filial de refinación de PDVSA en Estados Unidos.
Actualmente, una tripulación está realizando un extenso trabajo de reemplazo de válvulas en el barco, según una persona familiarizada con el asunto que habló bajo condición de anonimato.
Reuters