Familiares de al menos 20 reclusos del Internado Judicial Rodeo III, en Guatire, estado Miranda, denuncian que “están desesperados por el agravado estado de salud de estos reos”, pues padecen enfermedades y los tienen durmiendo en el piso y sin alimentos.
En una nota de prensa, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) destacó que los presos padecen tuberculosis, hepatitis o desnutrición severa. “Duermen en el piso «como unos perros» y no reciben la alimentación adecuada para su recuperación”, dice el texto.
Asimismo, informaron que los privados de libertad enfermos son aislados en enfermería o el comedor, en esta última duermen en el piso y sin las condiciones adecuadas.
«El tratamiento de los enfermos con tuberculosis sí se los proporciona el penal, pero a veces no se lo pueden dar porque no han comido y les cae mal. Mi hijo está muy desnutrido, no pesa más de 40 kilos y temo por su vida, hoy les dieron agua de frijoles y se murió un muchacho porque el director no lo quiso trasladar a un centro de salud, aunque tenían la orden de un tribunal«, comentó la madre de un reo.
Además, los familiares explicaron que la alimentación diaria se basa en arroz sin proteínas o una arepa sin relleno, por lo que “hay privados de libertad que en menos de un año han bajado hasta 50 kilos de peso, por que se convierten en presa fácil de enfermedades infecciosas”.
“De igual manera, se conoció que el agua potable es suministrada cada seis días, pero deben distribuir un solo camión cisterna entre toda la población penal que es de 1.300 personas. Es por esta razón que la mayoría de los presos tienen sarna porque se les hace imposible asearse con frecuencia, así como tampoco pueden lavar su ropa u otros artículos personales”, explicó el OVP en el comunicado.
«Los presos venezolanos sobreviven como si habitaran en lo más profundo de una selva, ser liberados con vida es su mayor reto. No hay políticas de reinserción en la sociedad, no hay ni la más mínima preocupación o voluntad política para adecuar nuestras cárceles y encaminarse a un futuro mejor. Lamentamos como día a día recibimos las denuncias de los familiares desesperados por sus muchachos y ratificamos nuestra voluntad de acompañarlos en su lucha por justicia y mejores condiciones de encarcelamiento, porque cometer un error no significa que deban ser condenados a muerte por la desidia del Estado», puntualizó Carolina Girón, directora general del OVP.