Largas filas de pasajeros en las paradas de autobuses se multiplican por un paro de trenes que afecta a quienes viajan desde los suburbios de Buenos Aires a la capital.
El Ministerio de Transporte comunicó que la medida de fuerza, desde la primera hora de este martes, alcanza a los trenes que circulan en el área metropolitana de Buenos Aires -que aglutina a 14,8 millones de habitantes-, los regionales y los de larga distancia.
Dos gremios ferroviarios, el de conductores de trenes de La Fraternidad y el de la sección Oeste de la Unión Ferroviaria decidieron el lunes por la noche que los trenes no anden por 24 horas, a pesar de que la Unión de Transporte Automotor había levantado la huelga para este martes.
Muchos pasajeros se vieron sorprendidos por el paro de trenes y el malhumor de los consultados por los medios locales era palpable al contar que los buses colmados pasaban de largo y no paraban y que esperaban llegar tarde a sus trabajos y perder el salario del día por el concepto de presentismo, junto con la preocupación por la vuelta a casa.
La Fraternidad justificó en un comunicado el paro para reclamar un bono de 50.000 pesos (313 dólares, según la cotización oficial) para los jubilados y pensionados ante el “incumplimiento del compromiso asumido” por el Ministerio de Trabajo y “una falta de respeto” a las organizaciones y los jubilados.
El secretario General de la Unión Ferroviaria sección Oeste, Rubén Darío Sobrero, explicó a varios medios este martes que el sindicato está “discutiendo nada más y nada menos” que el bono de emergencia para los jubilados ferroviarios, porque están bajo la línea de pobreza: “Lo van a tener que tomar les guste o no les guste”, dijo.
Además, este martes se prevé un paro de una hora de una de las líneas (D) de subte de la ciudad de Buenos Aires, desde las 14 hora local, en reclamo de dos días de descanso por semana, más personal y renovación de la flota, según anunció la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro.
Con información EFE