Dorothy Kronick, profesora adjunta de la Goldman School of Public Policy de la Universidad de California en Berkeley, publicó recientemente una investigación que aborda el análisis de los resultados electorales de la elección presidencial de Venezuela, pero desde otra perspectiva.
El ángulo innovador de Kronick es que se enfoca en las «constancias de verificación ciudadana y el proceso de auditoría que se lleva a cabo en el 51% de las mesas electorales, una vez impresas las actas tras el cierre de las mesas».
Por tanto, «esta auditoría añade un paso adicional para validar que los resultados del acta impresa coinciden con las papeletas que cada votante deposita en una urna una vez que ha seleccionado al candidato de su elección en la pantalla táctil«.
«En los veinte años que han pasado desde que se implementó este sistema electrónico de votación, el CNE ha cumplido siempre con esa norma, salvo en tres ocasiones: la elección de la Asamblea Nacional Constituyente en 2017, un referéndum en 2023, y la elección presidencial del 28 de julio de este año, de la cual el CNE no ha publicado (al menos hasta el momento en que se escribe este texto) ninguna data al nivel de la máquina de votación. En todas las demás elecciones anteriores, los datos a nivel de máquina de votación publicados en el sitio web del CNE permitieron a los candidatos y al público chequear si los totales coincidían con los de la traza de papel. Si, por ejemplo, el sitio web dijo que Chávez recibió 500 votos y el candidato de oposición 300 votos en una máquina dada en una elección presidencial dada, la gente podía chequear que estos totales coincidían con el acta impresa de esa máquina y el conteo manual de comprobantes (si esa máquina había sido seleccionada para conteo manual)», contextualiza.
El estudio concluye que «los dos registros impresos que genera el sistema electrónico de votación de Venezuela—un comprobante por cada votante y un acta por cada máquina de votación—esencialmente descartan el fraude o la falsificación por parte de la campaña opositora«.
«La evidencia presentada aquí indica que ni siquiera con niveles extraordinarios de capacidad organizativa, talento conspirativo, y músculo financiero se podría haber perpetrado un fraude que hubiera producido los datos publicados por la campaña, sin dejar rastros en la traza de papel—rastros que, al cerrar este artículo, no han aparecido. Por esa razón, incluso una persona con la inclinación a dudar de la oposición venezolana puede, sin ningún conflicto, creer que los datos de la campaña reflejan lo que votaron los venezolanos el 28 de julio de 2024«, finaliza Kronick en su informe.
Aquí el informe completo (en español):