El proyecto del gobierno argentino para legalizar el aborto podría convertirse en ley en las próximas horas si logra el respaldo del Senado, luego de ser aprobado hace semanas por los diputados en medio de un acalorado debate público.
La norma, que sería pionera -después de la de Uruguay- en una región profundamente católica como América Latina, comenzará a debatirse el martes a las 16.00 hora de Argentina (1900 GMT) en la cámara alta, donde se espera una reñida votación sin una clara ventaja de ninguna de las partes, según medios locales.
Un portavoz del Senado dijo que la sesión podría durar casi 12 horas, por lo que no se votaría hasta la madrugada del miércoles.
“Desde hace décadas estamos esperando este momento. El aborto legal es un reclamo social y transversal, la divulgación de esta ley significará más y mejor democracia”, señalaron más de 1.500 personalidades de la cultura argentina en una carta pública dirigida el fin de semana a los senadores.
“No es tiempo de especulaciones sino de hacer historia. El mundo nos está mirando”, añadieron.
Posición de la Iglesia católica
En sentido contrario, la Iglesia Católica local pidió el domingo al Senado que rechace el proyecto, que prevé la interrupción legal y gratuita de los embarazos hasta la decimocuarta semana de gestación.
La actual normativa argentina solo permite la interrupción voluntaria del embarazo cuando hay un riesgo grave para la madre o en caso de violación. Pero los impulsores del derecho a abortar libremente destacan que las mujeres muchas veces no reciben atención adecuada, en particular cuando son pobres.
Grupos feministas y de defensores del proyecto convocaron a manifestarse en las principales ciudades del país. Esto será en la tarde del martes con sus característicos pañuelos verdes; mientras se espera que los opositores también salgan a las calles con pañuelos celestes.
El cambio normativo quedó rechazado en otras oportunidades por el Congreso, aunque nunca había contado con el respaldo explícito del partido gobernante. Un proyecto similar de despenalización del aborto lo rechazaron en el Senado por un escaso margen en 2018.
La iniciativa considera un proyecto de ley paralelo. Es el de asistir a las mujeres que desean seguir adelante con su embarazo y enfrentan severas dificultes económicas o sociales.