Menos de treinta segundos tardaron este domingo en votar los siete vecinos de un pequeño pueblo en el este de España llamados a las urnas para las elecciones municipales y regionales, batiendo su propio récord.
Villarroya completó la votación en 29 segundos y 52 centésimas, frente a los 32 segundos y 25 centésimas de los anteriores comicios en 2019 en esta localidad de la región norteña de La Rioja.
El alcalde de la localidad, Salvador Pérez, dijo a los medios que «aunque sabemos que hay más de un pueblo que lo intenta», ningún otro en toda España logra ser tan rápido.
Pérez, que lleva casi cincuenta años como alcalde, desde 1973, cuando había más de treinta habitantes en el pueblo, explicó que llevan una década organizando a sus vecinos para que voten lo más rápido posible y así establecer el récord.
Un minuto después de comenzar la votación a las nueve de la mañana hora local, Villarroya ya contaba con la autorización del órgano electoral para darla por concluida.
Y empezar en el pueblo una pequeña fiesta para celebrar su nuevo récord, aprovechando la expectación mediática y la llegada de descendientes del pueblo, que aunque no están censados se acercan este día, y de algunos curiosos.
Entre bromas de los votantes, unos «amenazando» con retrasar el proceso y otros con la idea de coordinarse aún más y, en general, todos con el nerviosismo de saber que tienen una responsabilidad que ellos mismos se han impuesto, la de funcionar «como un reloj» para introducir las papeletas en las urnas.
De hecho, el primero de ellos fue el más lento y puso en riesgo la hazaña, pero los siguientes recuperaron segundos hasta parar el cronómetro por debajo del medio minuto, entre aplausos.
La participación era del 36,69% en la cinco primeras horas de votación en el conjunto del país, que celebra elecciones para los gobiernos municipales y de varias regiones.
Este porcentaje representa un ligero incremento de 1,59 puntos con respeto a 2019 en los cerca de 23.000 centros de votación, que abren de 09.00 hora local a 20.00, con un censo de unos 35,6 millones de electores.
La votación se plantea como una especie de preámbulo de las elecciones generales que, si no se adelantan, deben celebrarse a final de año en España.
EFE