Lo que inició como una protesta local en San Antonio de los Baños, un poblado con unos 50 mil habitantes al suroeste de La Habana, se convirtió en una explosiva jornada de manifestaciones jamás vista en décadas en Cuba.
El grito de «¡Libertad!» de los residentes de San Antonio de los Baños circuló por los teléfonos y las redes sociales, y a medida que se enteraban, los cubanos en otros pueblos y ciudades también salieron a las calles, como un efecto dominó, que se extendió incluso hasta la capital, donde los ciudadanos marcharon desde el Malecón hasta el Capitolio de La Habana.
Invntario, una iniciativa periodística independiente cubana, documentó que en más de 60 localidades se registraron protestas ciudadanas el domingo 11 de julio, luego de más de 60 años en los que expresarse libremente contra el régimen ha sido considerado un «delito».
Pero el hartazgo por la falta de libertades, la prolongada crisis económica y social, y la crítica situación de la pandemia del coronavirus pudieron más que el miedo. «¡Abajo la dictadura!», se escuchó en toda la isla, acompañado de la canción «Patria y Vida», que se ha convertido en un himno que inspira la lucha de los cubanos.