El Kremlin restó importancia a las crecientes renuncias a la ciudadanía rusa por parte de multimillonarios de este país con negocios internacionales.
«Están en su derecho», dijo este martes el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Peskov agregó que los empresarios que reniegan de su pasaporte ruso «apenas tienen negocios en el país» y no son miembros activos de la vida empresarial en Rusia.
El último en renunciar a la ciudadanía rusa fue el magnate Oleg Tinkov, que perdió su banco digital Tinkoff por criticar la campaña militar rusa en Ucrania.
«He tomado la decisión de renunciar a la ciudadanía rusa. No puedo ni quiero que se me asocie con un país fascista que comenzó una guerra con su vecino pacífico y asesina a diario a gente inocente», escribió la víspera Tinkov en su cuenta de Instagram.
Tinkov vendió previamente el 35% que tenía en el capital social del banco Tinkoff, el segundo privado más grande de Rusia en términos de clientes minoristas activos (unos 20 millones, según la entidad), a Interros, propiedad del magnate ruso del metal Vladímir Potanin.
El propio oligarca, de 54 años, aseguró al diario The New York Times que fue una «venta desesperada, una venta forzosa» promovida por el Kremlin.
Tinkov hizo pública la renuncia a la ciudadanía rusa el mismo día en que se conoció que el multimillonario Nikolai Storonsky, cofundador del banco digital Revolut, con una fortuna estimada en 7.300 millones de dólares, hizo lo propio.
«Nick es ciudadano británico», dijo el lunes un representante de la compañía a la revista Forbes.
La fuente agregó que el multimillonario, número 16 en la lista de Forbes Rusia, dio el paso a comienzos del año.
Después del inicio de la «operación militar especial» rusa, Revolut cerró sus oficinas en Rusia y ofreció reubicar a sus empleados.
Con Tinkov y Nikolai Storonsky ya son cinco los multimillonarios rusos que renunciaron a su ciudadanía este año.
Con información de EFE