En declaraciones al medio Infobae la jefa del Comando Sur, Laura J. Richardson aseguró que la red de narcotráfico recorre todos los escalafones del régimen de Nicolás Maduro, además de dar cobijo a grupos terroristas.
«La participación recorre todos los escalafones del régimen de Maduro» afirmó en una entrevista Richardson, quien explicó que «la corrupción es endémica en Venezuela, y el régimen participa activamente en el narcotráfico y da cobijo a grupos terroristas regionales como el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y las disidencias de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).»
La generala de cuatro estrellas precisó que «Venezuela es un importante país de tránsito para la cocaína de contrabando a través de rutas aéreas y marítimas, lo que repercute negativamente en muchas naciones de nuestro hemisferio y más allá. La mayoría de los vuelos sospechosos de traficar con drogas hacia México y Centroamérica parten de los estados venezolanos fronterizos con Colombia, principalmente Zulia. Los envíos marítimos de cocaína procedentes de Venezuela transitan por el Caribe y el Atlántico en ruta hacia los Estados Unidos y Europa.»
En cuanto a las políticas de Maduro para atacar el transito de estupefacientes señaló que «el régimen de Maduro no ha hecho ningún esfuerzo significativo para combatir la actividad ilegal de las drogas ni para perseguir a los funcionarios corruptos o a los presuntos narcotraficantes, incluidos los sancionados por el gobierno de Estados Unidos.»
En 2020, Estados Unidos anunció cargos penales contra Maduro y miembros de su círculo íntimo por participar en una conspiración narcoterrorista, conspirar para importar cocaína a Estados Unidos y cargos relacionados con armas de fuego.
Por otra parte recordó que el Congreso de la unión americana «no autoriza la venta de equipos militares y la provisión de entrenamiento militar a países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde hay pruebas irrefutables de flagrantes violaciones de los derechos humanos por parte de funcionarios gubernamentales, militares y de las fuerzas del orden y ningún esfuerzo por parte de los regímenes de esos países para hacer que esos violadores de los derechos humanos rindan cuentas.»