La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja (IFRC) advirtió que la pandemia “está lejos de terminar en América”, la región con la mayor incidencia de casos de COVID-19 y que ha alcanzado su pico más alto de muertes.
“El continente americano tiene actualmente una de las tasas de mortalidad diaria más altas del mundo y, solo en Latinoamérica, más de un millón de personas han perdido la vida a causa de la covid-19. Esto representa un tercio de las muertes en todo el mundo”, sostuvo la Cruz Roja en un comunicado divulgado el viernes.
Latinoamérica: un millón de muertes y 10 países entre los más afectados
Datos de la Organización Mundial de la Salud (0MS) indican que América registra 66,8 millones de casos de coronavirus y 1,6 millones de muertes, de los cuales 32,3 millones de infectados y un millón de fallecidos corresponden a Latinoamérica.
“Los casos recién confirmados en la región continúan aumentando; diez de los quince países que notificaron el mayor número de casos de la covid-19 en todo el mundo se encuentran en América Latina y el Caribe. Uruguay, Argentina y Costa Rica encabezan la lista, seguidos de Trinidad y Tobago, Surinam y Brasil, donde los casos están subiendo en espiral”, indicó la Cruz Roja.
Además, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Latinoamérica reporta 162 muertes por cada 100.000 habitantes, ante un promedio mundial de 46 por cada 100.000 habitantes.
Colapso y vacunación lenta
“Los sistemas de salud corren un riesgo real de colapso inminente en muchos países, como Brasil, Argentina y Uruguay, donde los casos y las muertes se encuentran en el pico más alto desde el comienzo de la pandemia. Las campanas de alarma también están sonando en Paraguay, Colombia y Bolivia”, afirma Pedro Porrino, coordinador de Salud en Emergencia de la Cruz Roja en las Américas.
Según el organismo, ese aumento refuerza la necesidad de mantener y afirmar la salud pública y las medidas de protección, “especialmente porque la disponibilidad actual de vacunas es insuficiente y el ritmo de vacunación en la mayor parte del continente sigue siendo peligrosamente lento”.
Martha Keays, directora regional de la IFRC para las Américas, alertó también de que, “cinco meses después del inicio de las vacunaciones en todo el mundo, menos de dos de cada mil vacunas se han administrado en los países más pobres de las Américas”.
“Dejar atrás a los más vulnerables en los procesos de vacunación es una catástrofe moral y de salud pública. Millones de vidas dependen de los esfuerzos para abordar las disparidades entre los países y dentro de ellos”, añadió.