Dos activistas ecologistas de la organización Just Stop Oil, arrojaron este viernes un bote de sopa de tomate a «Los girasoles» de Van Gogh en la National Gallery de Londres, uno de los cuadros más famosos del genio neerlandés y que forma parte de una serie de siete obras -dos desaparecidas- desperdigadas por todo el mundo.
Este es el segundo en una semana contra una obra de especial relevancia, y uno más en la larga lista de agresiones sufridas por obras de arte emblemáticas.
El pasado 9 de octubre dos personas pegaron su mano al cuadro de Pablo Picasso «Masacre en Corea», expuesto de forma temporal en una muestra sobre el pintor español en la Galería Nacional de Victoria, en Melbourne (Australia), para hacer una llamada de atención sobre la crisis climática.
La Policía logró quitar el pegamento que unía las manos de los manifestantes a una cubierta que protegía el cuadro, y arrestó a los dos activistas y a otra persona que les ayudó.
También este año, el 25 de mayo, fue atacado el cuadro de La Gioconda, uno de los principales reclamos del museo del Louvre de París, al que un visitante lanzó una tarta, aunque la obra no sufrió daños al chocar el pastel contra el cristal blindado que protege el óleo desde hace seis décadas. El atacante fue reducido por la seguridad del museo francés.
Con información de EFE
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