El pasado 21 de junio murió Pablo Gerardo Cárdenas Chacón, de 51 años de edad, quien solicitó una medida humanitaria, pero el silencio de un tribunal y las trabas de la directiva del penal no respondieron a sus necesidades dejando que se agravará su condición de salud.
Este hombre se encontraba detenido en la Comunidad Penitenciaria Fénix, ubicada al norte de Barquisimeto estado Lara, desde el año 2016.
Mariaelena Meléndez, esposa de Cárdenas conversó con el equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) y relató que su esposo desde el 2013 le habían detectado a nivel del cuello un tumor. En el 2016 cuando es detenido, las condiciones de reclusión hicieron que su patología avanzara y su salud fue desmejorando, se le hicieron los estudios en ese entonces que lo confirmaban, desde el 2017 comenzaron a solicitar una medida humanitaria.
Desde ese momento comenzó el calvario para Cárdenas y su familia, desde el centro penitenciario siempre se desestimaron los malestares del privado de libertad, pues indicaban que era mentira, que el recluso se encontraba en perfecto estado. Acudían a tribunales para solicitar traslados para evaluaciones médicas, pero nunca respondían porque el caso de este hombre estaba en el limbo, había pasado a fase de juicio pero no había sido designado juez alguno y además alegaban que el expediente estaba perdido y no se encontraba.
La escasa alimentación, la falta de un tratamiento adecuado, la negación de atención médica por parte de especialistas fueron causando mayor y mayor daño en la salud de Cárdenas.
Para el 2021 empeoró y solo lo atendían cuando se descompensaba.
El 23 de marzo, José Humberto Hernández Rodríguez, de 67 años de edad, un preso de la cárcel de Fénix Lara, quien tenía medidas de la CIDH y que además era parte de la misma causa por la que investigaban a Cárdenas, murió por la desatención del Estado; a raíz de esta muerte fue que se asignó al juzgado sexto, a cargo de la jueza Elena Maribel Parraga, para el caso.
La esposa de Cárdenas indicó que desde el momento que le fue asignado un juez comenzaron nuevamente las peticiones para las evaluaciones médicas, las cuales hicieron y se realizaron nuevos estudios; la enfermedad del privado de libertad había avanzado ya tenía un cáncer muy avanzado y hasta metástasis en los pulmones tenía.
Con informes en manos Meléndez relata al OVP que nuevamente solicitaron medida humanitaria para el preso y la juez no daba respuesta, en el penal insistían que estaba sano.
En el mes de mayo del año en curso lo sacaron muy mal de salud para el Hospital Luis Gómez López, para realizar ese traslado al centro asistencial los familiares tuvieron que pagar una ambulancia en 80 dólares. Durante 11 días estuvo hospitalizado y fue dado de alta, se le asignó una cita para un estudio bioquímico muy necesario para aplicar un nuevo tratamiento que le daría calidad de vida a Cárdenas, según explica el familiar.
Llegó el 20 de junio y no fue trasladado, una vez más en el penal ponían como excusa que no tenían vehículo, indicaron que la ambulancia de la Gobernación de Lara que se había comprometido a prestar la colaboración nunca llegó.
Esos días Cárdenas se fue complicando, no estaba orinando, su brazo estaba hinchado y el 21 de junio a las 4 de la tarde los familiares recibieron una llamada que ubicaran rápido una ambulancia porque su familiar estaba muy mal y había que sacarlo.
“Esta vez dijimos pero no tenemos boleta que dé el permiso, porque era algo que siempre lo exigían, pero la respuesta fue no importan, sáquenlo sin la boleta, allí entendimos que no querían que Pablo se les muriera en el penal”, contó otro familiar de Cárdenas.
60 dólares en esta ocasión pagaron por el traslado en ambulancia, más una bombona de oxígeno que les tocó conseguir y a las 5 de la tarde ya lo estaban ingresando en el Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto.
A su familia le llamó la atención que el preso no tenía puesto un catéter que tenía y que debía ser retirado por un cirujano, creen que se lo quitaron en el área de enfermería del penal donde permaneció los últimos días de su vida, pero aclaran que allí no hay médicos, solo personal de enfermería.
Meléndez asegura que su esposo tan solo duró media hora en el centro asistencial, a las 5:30 de la tarde murió.
“A pesar de su enfermedad, él era un hombre fuerte, luchador, quería vivir y allí en el penal me lo mataron. Ya es el segundo muerto que lleva este caso”, manifestó la esposa del preso quien se encontraba bastante afligida por la noticia.
Cárdenas, tenía cuatro hijos, dos de ellos menores de edad, y a los que tenía sin ver desde hace tres años, porque en el penal no se lo permitían.
Con la muerte de este recluso se suman 7 las muertes por condición salud en la Comunidad Penitenciaria Fénix de Lara.