La Organización No Gubernamental (ONG) Monitor Ciudad, documentó que los vecinos del municipio Libertador de Caracas 109 horas a la semana sin agua.
El último estudio elaborado con datos desde el 1 de enero hasta el 23 de mayo de 2022, arrojó que los vecinos del municipio Libertador de Caracas pasan 65,5% del tiempo con las tuberías vacías, es decir, que permanecen 109 horas a la semana sin agua.
Antímano es la parroquia más afectada de toda la entidad, sus habitantes sobreviven hasta 95% del tiempo sin agua. La secunda El Junquito con 91,3% y Altagracia con 88,2% del tiempo sin agua.
María Millán, miembro de la red de Monitor Ciudad y vecina de la parroquia Antímano, aseguró que hay vecinos que tienen que ir a la quebrada y cargar agua todos los días. “Pasamos días sin agua, esto no es vida” y agregó que “el agua de esa quebrada no es potable”, razón por la que están expuestos a enfermarnos. “Hidrocapital debe resolver”, exigió tras describir como, ante los problemas de acceso a agua potable, los ciudadanos deben recurrir a medios alternativos para su obtención, sin que esté garantizada la calidad de esta.
Además, el estudio de esta organización pudo determinar que los ciudadanos de Libertador deben esperar en promedio casi cuatro (3,7) días entre ciclo y ciclo de distribución y que pueden almacenar en promedio hasta seis días de agua. Sin embargo, hay comunidades donde deben esperar hasta 21 días entre ciclos y no tienen capacidad de poder almacenar lo suficiente, por tanto, el acarreo y, en menor medida, la compra de cisternas son su principal mecanismo para obtener agua, lo cual tiene graves consecuencias en la salud y en la productividad de las familias.
Crisis eléctrica
Por último, el estudio también arrojó datos sobre el servicio de energía eléctrica dentro del municipio, donde en 21 de las 22 parroquias se registraron apagones en al menos en algunos sectores. 20 parroquias experimentaron variaciones en el voltaje.
A pesar de contabilizarse pequeños esfuerzos por rehabilitar algunos equipos, esto es insuficiente y tanto el Acueducto Metropolitano como el Sistema Eléctrico Nacional seguirán con muchísima fragilidad hasta que no se tenga un plan para rehabilitar los sistemas críticos para la producción de energía y de agua potable.