La cifra de personas que atentan contra sus vidas en el estado Mérida sigue en aumento. Entre el 14 y 22 de julio, tan solo 10 días, las autoridades reportaron a cuatro personas por intento de suicidio.
Reporta el Diario Los Andes los cuatro casos, de los cuales se omiten los nombres de los implicados para salvaguardar las identidades: la noche del jueves 14 de julio, un joven de 21 años, natural de Caracas, fue rescatado cuando intentaba saltar desde el puente sobre el río Chama, ubicado en el sector San Onofre, en Ejido, municipio Campo Elías de la entidad. Policías de Campo Elías lo trasladaron al ambulatorio de Ejido, donde al encontrarle varias cicatrices por cortes en los brazos.
El segundo caso ocurrió en el puente de la avenida Centenario, cerca del Santuario del Doctor José Gregorio Hernández, en Ejido, municipio Campo Elías, donde un hombre de 45 años de edad, paciente psiquiátrico supuestamente residenciado en la Parroquia Fernández Peña, intentó poner fin a su vida, lanzándose al río, la tarde del lunes 17 de julio.
El tercer caso ocurrió en Timotes, municipio Miranda, donde un adolescente de 17 años, supuestamente paciente psiquiátrico y con varios intentos de suicidio previos, se lanzó desde el segundo piso de una posada ubicada en la calle Guaicapuro de esa población, la madrugada del martes 18 de julio. El joven fue trasladado al hospital de Timotes, donde le diagnosticaron traumatismo craneoencefálico complicado, traumatismo torácico abdominal y fractura del brazo izquierdo.
El último caso conocido, ocurrió en horas de la mañana de este sábado 22 de julio, cuando una mujer de 49 años, intentó saltar desde el Viaducto Sucre de la ciudad de Mérida, hecho que fue impedido por funcionarios Bomberiles y de la Policía, de guardia en el sitio.
Cabe destacar que a principios del 2023, el Observatorio Social Humanitario (OSH) alertó que en Venezuela no hay continuidad ni uniformidad en las políticas de prevención de suicidio, que ha registrado un aumento entre niños, niñas, adolescentes y personas de la tercera edad, producto de la situación política, la agudización de la crisis económica y la migración que inciden directamente en la estabilidad emocional de los venezolanos.
A este delicado panorama se le suma la inexistencia de políticas de salud mental y prevención del suicidio, la escasez, el alto costo de los medicamentos para tratar la ansiedad, depresión y otros trastornos mentales.
Con información de Diario Los Andes