El Observatorio Venezolano de Derechos Humanos (OVDHA) y el programa Clima21 documentó la pérdida acelerada de la diversidad biológica en Venezuela, que podría estar incidiendo en la vulneración de los derechos humanos de las poblaciones rurales e indígenas.
La bióloga y miembro del equipo de Provita, Arlene Cardozo, el geógrafo y profesor de la Universidad Central de Venezuela Antonio De Lisio y el coordinador general de Clima21, Alejandro Álvarez, dieron a conocer el informe Emergencia Humanitaria en Venezuela y la Fauna Silvestre: Diversidad biológica asediada por la crisis.
La investigación documentó la relación entre la crisis humanitaria existente en el país, así como la diversidad biológica, específicamente la definida como fauna silvestre, concluyeron los voceros.
“Desde hace décadas, la fauna silvestre, ha venido sufriendo un proceso de pérdida continua que parece haberse agravado en los últimos años como producto de la crisis económica. Esta crisis ha empujado a algunos grupos poblacionales a consumir fauna silvestre como medio de subsistencia, a la vez que parece favorecer el crecimiento del tráfico ilegal de especies, tanto por personas que capturan ejemplares para resolver sus problemas económicos individuales, como por grupos de delincuencia organizada que actúan en el país,” relató Cardozo.
Mientras el profesor De Lisio resaltó la importancia de la diversidad biológica para un futuro desarrollo sostenible de Venezuela que al “existe una visión parcelaria y en desuso y que justamente ocurre por causa de la Emergencia Humanitaria Compleja y la crisis institucional y universitaria. En el país estamos muy atrás en lo que es el tema de la biodiversidad y cumplimiento de acuerdos internacionales, esto ocurre porque no hay disposición del Estado y mucho menos ningún avance. Al contrario que en otros países de la región”.
Desde los inicio de Clima21 como organización clave en la vinculación de temas ambientales con los derechos humanos y la articulación de investigadores se ha visto el deterioro sobre las poblaciones de la fauna silvestre y una mayor afectación de las poblaciones más vulnerables y dependientes de la naturaleza, al tiempo en que enfatizó que “esta crisis económica está llevando a una cantidad importante de profesionales e investigadores en gestión ambiental a abandonar sus cargos e incluso a salir del país. A esto se suma la situación de abandono, hostigamiento y destrucción que están sufriendo las Universidades públicas y en particular los programas de formación de profesionales en estas áreas”.