La nave espacial rusa Soyuz MS-22, que sufrió a finales del pasado año daños en su casco exterior, regresó este martes a la Tierra sin tripulantes a bordo.
La Soyuz aterrizó a las 14:45 en la estepa kazaja, a 147 kilómetros de la ciudad de Zhezkazgan, según informó el Centro de Control de Vuelos.
La nave tomó tierra con 218 kilos de carga, lo que incluye resultados de experimentos científicos y otros equipos técnicos.
El desacoplamiento de la Soyuz MS-22 del módulo ruso Rassvet de la Estación Espacial Internacional (EEI) tuvo lugar este martes a las 12:57.
El pasado 15 de marzo los cosmonautas rusos de la EEI y los especialistas de Roscomos comprobaron el estado del sistema de refrigeración externo de la Soyuz, que había resultado dañado exactamente tres meses antes.
Los daños sufridos en diciembre por la Soyuz MS-22 obligaron a cancelar la caminata espacial que tenían previsto realizar los cosmonautas rusos Serguéi Prokopiev y Dmitri Petelin.
Los daños se produjeron en el casco del segmento de equipos y propulsores de la Soyuz, que está compuesta además por el módulo de descenso y compartimento de trabajo y descanso.
Roscosmos tomó la decisión de descartar la Soyuz MS-22 para el retorno a nuestro planeta de la tripulación ruso-estadounidense: los rusos Prokópiev y Petelin, y el astronauta estadounidense de origen salvadoreño Frank Rubio.
El director del programa espacial ruso, Serguéi Krikaliov, admitió hoy que esos tres cosmonautas, cuya estancia en el espacio se prolongará durante medio año más de lo previsto, tendrán que modificar su horario.
«Por supuesto, habrá una cierta perestroika. Como en el deporte, tendrán que cambiar levemente el ritmo de sus movimientos. En este caso, dedicar más tiempo a la preparación física», explicó.
Hace un mes la Soyuz MS-23 fue lanzada con el fin de sustituir en la plataforma orbital a la averiada nave, tras lo que en septiembre próximo traerá a los tres cosmonautas de regreso a la Tierra.
EFE