El ministerio de Justicia de Ucrania confirmó este martes que 16 reclusos ucranianos de un penal situado en la zona bajo control de Kiev de la región suroriental de Zaporiyia murieron al atacar el Ejército ruso las instalaciones del centro penitenciario, poco antes de la pasada medianoche.
Otras 44 personas tuvieron que ser hospitalizadas como consecuencia del ataque, según un comunicado del Ministerio, que corrigió el primer balance de 17 fallecidos que había dado inicialmente.
Según se explica en la nota, Rusia empleó en el ataque cuatro bombas aéreas guiadas, explosivos de gran potencia dotados de sistemas de navegación propios, que permiten que sean lanzados desde aviones a decenas de kilómetros de distancia del objetivo.
El ataque destruyó completamente la cantina del penal y provocó daños importantes en el edificio administrativo y en el espacio empleado para aislar a presos por razones sanitarias.
Cerca de cincuenta funcionarios de prisiones fueron movilizados para paliar las consecuencias del suceso.
“Todos los heridos reciben ayuda médica” bajo vigilancia, indicó el ministerio de Justicia ucraniano, que agrega que el perímetro de la institución penitenciaria no ha sufrido daños y no existe riesgo de fugas.
“Este ataque demuestra de nuevo cómo las fuerzas armadas de la Federación Rusa violan de manera flagrante la ley humanitaria internacional. Atacar infraestructuras civiles, y en particular un centro penitenciario, se considera un crimen de guerra”, recalca Kiev.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, había condenado previamente la naturaleza “deliberada” de este ataque ruso.
EFE