Los bares, gimnasios y piscinas de París y su región metropolitana estarán cerrados durante dos semanas para contener el rebrote de casos de coronavirus, en virtud de unas nuevas medidas que sí autorizan –con limitaciones– la apertura de restaurantes.
El Gobierno francés declaró el domingo la región de París «zona de alerta máxima» y este lunes las autoridades han anunciado los detalles de unas restricciones que entrarán en vigor el martes. Como ya se había anticipado, bares y cafeterías, hasta ahora con horario limitad, tendrán que bajar la persiana al menos dos semanas.
Los restaurantes podrán seguir abiertos si cumplen «un nuevo protocolo sanitario», según el prefecto de Policía, Didier Lallement. Entre las medidas que entrarían en vigor figuran limitar a seis el número de personas por mesa o garantizar la distancia de seguridad entre clientes.
Teatros y cines seguirán abiertos, al igual que los centros comerciales, mientras que quedarán cerrados gimnasios y piscinas, limitados únicamente al uso por parte de menores y en un ámbito escolar. Tampoco podrán abrir salas de juego o salones de baile.