Casi la tercera parte de las niñas que fueron secuestradas en 2014 por el grupo yihadista Boko Haram en una escuela de Chibok (noreste de Nigeria) siguen privadas de libertad o en paradero desconocido, denunció este miércoles el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer.
Además de denunciar el cautiverio de 91 de las 274 secuestradas en aquel suceso, que tuvo enorme alcance internacional, el comité de expertos denunció que muchas supervivientes siguen sufriendo trauma y discriminación después de escapar de sus captores o haber sido liberadas en negociaciones entre Gobierno y Boko Haram.
Nigeria «ha fallado repetidamente a la hora de proteger a escolares y otras mujeres de secuestros, lo que supone graves violaciones sistemáticas», señaló la presidenta del comité, Nahla Haidar.
El grupo de expertos reitera esta conclusión en un informe publicado este miércoles para analizar un viaje de trabajo confidencial a Nigeria que llevaron a cabo en diciembre de 2023, que incluyó una visita a la escuela de Chibok donde se produjo el secuestro hace 11 años y entrevistas con víctimas.
A través de sus testimonios, el informe señala que muchas de las secuestradas fueron golpeadas o insuficientemente alimentadas durante el cautiverio, se les obligó a cambiar su religión y contraer matrimonio y tener hijos con miembros del grupo armado.
Muchas de las 82 niñas que lograron huir por su cuenta no pudieron regresar con sus familias, debido a la estigmatización que sufrieron, al ser vinculadas a Boko Haram y otros grupos armados, y no pudieron seguir estudiando ni recibieron asistencia.
«A estas niñas se les castigó dos veces; la primera con su secuestro y la segunda cuando se les abandonó una vez escaparon», lamentó Haidar.
Otras 103 fueron liberadas a través de negociaciones con Boko Haram, a cambio de la puesta en libertad de prisioneros, en negociaciones celebradas entre 2016 y 2017, y en estos casos sí recibieron apoyo psicosocial en Abuja, la capital nigeriana, así como becas para ayudarlas a tener educación superior.
El comité recuerda que el secuestro masivo de Chibok, aunque fue el más mediático, no es el único ocurrido en Nigeria, donde al menos 1.400 niñas han sido abducidas en escuelas del norte del país por grupos armados desde entonces.
Las secuestradas son utilizadas como moneda de cambio en negociaciones para el pago de rescate o el intercambio de prisioneros, o bien son víctimas de matrimonios forzados o redes de tráfico de personas.
El informe urge al Gobierno nigeriano a trabajar activamente en el rescate de las estudiantes aún no liberadas de Chibok y a otras que han sufrido similares abusos en otros secuestros, así como a financiar adecuadamente a la policía para proteger a niñas y mujeres de estos actos criminales.
EFE