Madeleine Albright, la primera mujer que ocupó el puesto de secretaria de Estado de Estados Unidos y una de las mujeres más influyentes de su generación, murió este miércoles a los 84 años, informó su familia en un comunicado.
La familia explicó que Albright, secretaria de Estado entre 1997 y 2001, durante el mandato del demócrata Bill Clinton, murió de cáncer rodeada de sus seres queridos, y expresó que le rindieron homenaje a quien fuera “una amorosa madre, abuela, hermana y amiga”, así como a una “campeona incansable de la democracia y los derechos humanos”.
Clinton eligió a Albright como la principal diplomática de Estados Unidos en 1996, cargo en el que se desempeñó durante los últimos cuatro años de la administración del demócrata.
Durante todo ese periodo, fue la mujer de más alto rango en la historia de los EEUU. Sin embargo, no estaba en la línea de sucesión a la presidencia porque era nativa de Checoslovaquia. Albright había nacido en la ciudad de Praga.
En 2012, el presidente Barack Obama le otorgó a Albright la Medalla de la Libertad, el mayor honor civil de la nación, diciendo que su vida fue una inspiración para todos los estadounidenses.
Albright se mantuvo activa a través de los años. Después de dejar el cargo, cuestionó al presidente George W. Bush por usar “el impacto de la fuerza” en lugar de las alianzas para fomentar la diplomacia y dijo que Bush había alejado a los líderes árabes moderados y creado el potencial para una ruptura peligrosa con los aliados europeos.
Sin embargo, como refugiada de Checoslovaquia, presionó para que la administración Clinton se involucrara militarmente en el conflicto de Kosovo. También siguió una línea dura con Cuba.
Aconsejó a las mujeres “actuar con más confianza” y “hacer preguntas cuando éstas aparezcan y no esperar para preguntar”. “Me tomó bastante tiempo desarrollar una voz, y ahora que la tengo, no voy a quedarme callada”, le dijo a HuffPost Living en 2010.
Albright fue una internacionalista cuyo punto de vista fue moldeado por sus antecedentes personales. Su familia huyó de Checoslovaquia en 1939 cuando los nazis se apoderaron de su país y pasaron los años de la guerra en Londres.
Trabajó para el Consejo de Seguridad Nacional durante la administración Carter y asesoró a los demócratas sobre política exterior antes de la elección de Clinton. Él la nominó como embajadora estadounidense ante la ONU en 1993.
Como secretaria de Estado, desempeñó un papel clave en persuadir a Clinton de ir a la guerra contra el líder yugoslavo Slobodan Milosevic por su trato a los albano-kosovares en 1999. “Mi mentalidad es Munich”, decía con frecuencia, refiriéndose a la ciudad alemana que los occidentales aliados abandonaron su patria a los nazis.