El médico del Congreso de Estados Unidos aseguró este martes que Mitch McConnell, líder republicano en el Senado, no sufrió un derrame cerebral ni padece un trastorno convulsivo o párkison tras los dos incidentes en los que el político conservador se paralizó en medio de su intervención.
Brian Monahan indicó en una carta dirigida a McConnell y dada a conocer por la oficina del líder republicano que, tras los análisis realizados, «no hay pruebas de que sufra un trastorno convulsivo o de que sufriera un derrame cerebral, un accidente isquémico transitorio (un accidente cerebrovascular) o trastorno de movimiento como párkinson».
McConnell intervino este martes sin problemas en el Senado en el reinicio de la actividad de la Cámara Alta tras las vacaciones estivales.
Monahan relacionó el último episodio protagonizado por McConnell el 30 de agosto con la caída que sufrió en marzo, que le provocó una contusión cerebral y fractura de una costilla, y no le recomendó cambios en su tratamiento mientras continúa su recuperación.
La caída se produjo mientras McConnell, de 81 años, participaba en un evento. Semanas después, en julio, el político conservador se quedó en blanco durante 20 segundos frente a las cámaras de televisión cuando se dirigía a un grupo de periodistas.
Tras el segundo incidente del pasado 30 de agosto, Monahan minimizó su importancia y aseguró que bloqueos como los sufridos por McConnell pueden producirse tras un golpe o por deshidratación.
Pero los problemas físicos del líder de los republicanos en el Senado desde 2007 han causado preocupación en Washington e iniciado un debate en el país sobre la necesidad de limitar la edad de sus gobernantes.
En el Senado, otros tres senadores superan en edad a McConnell: la demócrata Dianne Feinstein, con 90 años recién cumplidos; el republicano Charles Grassley, con 89, y el progresista Bernie Sanders, con casi 82.
El presidente estadounidense, Joe Biden, tiene 80 años, tres más que el exmandatario republicano Donald Trump.
EFE