Cuarenta familias de migrantes con niños tuvieron que dejar este martes el hotel en que vivían en Nueva York, en medio de la incertidumbre sobre su futuro y en uno de los peores días invernales, en que se espera una gran tormenta que podría ocasionar inundaciones.
La Administración del alcalde, Eric Adams, ordenó el desalojo, ya que necesita el espacio para más familias que siguen llegando a la ciudad.
Temprano en la mañana, tras dejar sus niños en la escuela, los inmigrantes con sus maletas comenzaron a dejar el hotel Row de Manhattan, tal y como les notificó la Alcaldía, que culpa del desalojo al Gobierno de Texas por enviar a miles de indocumentados a la ciudad, un flujo que no ha parado en casi dos años, y a la falta de apoyo económico de la Administración del presidente Joe Biden.
Un total de 4.800 familias con niños recibieron ya la carta que les informaba que a partir de ese momento tendrían 60 días para buscar un lugar donde vivir o volver a solicitar el reingreso al sistema de albergues de la ciudad (aunque la prioridad sería siempre para los recién llegados). El plazo se cumplió a finales de diciembre.
De acuerdo con la Alcaldía, ninguna familia desalojada dormirá en la calle, asegurando que la ciudad ha hecho arreglos para reubicarles en albergues temporales, y que muchas familias optaron por viajar a otros estados con amigos o familiares, a los que se les pagó el billete para llegar a su destino.
El comisionado de la Oficina para Asuntos del Inmigrante, el mexicano Manuel Castro, no pudo precisar cuántas de las 40 familias tendrían que ser reubicadas «porque todavía tienen todo el día para venir» al legendario hotel Roosevelt, convertido en albergue y principal centro de procesamiento de los recién llegados.
«Muchas de las familias a las que se les han otorgado los 60 días ya han salido del sistema, han buscado otros lugares en Nueva York y otras ciudades. Muchos de los que han estado por más de un año comprenden que hay que hacer espacio para la gente que está recién llegada y no han tenido apoyo», dijo Castro en una conferencia de prensa a la que acudió junto a otros funcionarios de la ciudad.
«Tenemos que tomar estos pasos porque no tenemos suficientes recursos ni espacio para todos los que quieren venir a Nueva York», afirmó Castro, que culpó al gobernador de Texas, Greg Abbott, y al Gobierno federal de Biden por el «caos y confusión» que el desalojo pueda ocasionar a los inmigrantes, en su mayoría venezolanos.
Castro reiteró que esta situación «no es sostenible» para la ciudad.
El gobernador republicano de Texas comenzó a enviar autobuses con indocumentados hace casi dos años y otros miles han llegado por su cuenta desde otros estados a la ciudad, que por orden de un tribunal está obligada a dar albergue a quien lo solicite.
Familias latinas llegaban hoy al Roosevelt bajo la tenue lluvia desde otros estados como Illinois o Pensilvania, así como jóvenes inmigrantes de África, en busca de albergue.
Los inmigrantes solteros fueron los primeros en recibir una notificación de desalojo de 30 días.
EFE