Disidentes cubanas integrantes de las Damas de Blanco fueron arrestadas este domingo tras anunciar que retomaban sus acciones dominicales para pedir la liberación de los presos políticos, según denunciaron grupos disidentes.
Activistas cubanos explicaron en redes sociales estos hechos, que sucedieron cuando las representantes de las Damas de Blanco salían de su sede central de La Habana, vestidas de blanco y con flores de ese mismo color.
Entre las arrestadas se encontraba Berta Soler, líder de las Damas de Blanco y mujer del ex preso Ángel Juan Moya Acosta, que fue quien alertó en primer lugar de las detenciones.
La publicación fue acompañada con fotos tomadas durante la arbitraria detención de las activistas, que fueron rodeadas por una horda de mujeres represoras de la Seguridad del Estado de la dictadura que ejecutaron con violencia la orden de arresto.
También estaba con ellas y fue asimismo arrestada Bárbara Farrat, madre del menor de edad Jonathan Farrat, a la espera de juicio por participar en las protestas antigubernamentales del 11 de julio en Cuba.
Farrat ha sido especialmente activa en redes denunciando la situación de su hijo y participando en acciones con colectivos que siguen los procesos judiciales a quienes se sumaron a las mayores protestas en décadas en la isla.
También fueron detenidas Lourdes Esquibel y Gladys Capote.
El régimen cubano no informó por el momento sobre estos sucesos, que los medios oficiales tampoco reportaron.
Las Damas de Blanco anunciaron ayer que reactivaban sus acciones reivindicativas de los domingos para exigir la liberación de lo que ellas califican de presos políticos.
“Cada Dama de Blanco, donde esté, tiene el compromiso moral y político de apoyar a los familiares de los presos políticos que accionen por la libertad de su ser querido”, escribió Soler en Facebook.
Soler y otras representantes de las Damas de Blanco habían denunciado en las últimas horas acciones de coacción y amedrentamiento que atribuían a las fuerzas de seguridad de la dictadura.
Las Damas de Blanco surgieron en 2003, a raíz de una ola de represión del Gobierno cubano que se denominó la primavera negra. Dos años más tarde obtuvieron el premio Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo.
La UE y ONG como Human Right Watch y Amnistía Internacional condenaron aquella oleada de arrestos, calificándolos de políticos. Las autoridades cubanas los condenaron alegando que atentaban contra la soberanía nacional por órdenes de Estados Unidos.