El papa Francisco se disculpó este sábado con un grupo de fieles por tener que recibirlos sentado debido al problema que sufre en una pierna y, aunque lo consideró una “humillación”, reconoció que debe obedecer a sus médicos.
“Ahora os impartiré la bendición y rezaremos juntos para que el Señor os bendiga a todos. Y luego os saludaré, pero hay un problema: esta pierna no está bien, no funciona, y el médico me ha pedido que no camine”, dijo con una sonrisa al término de la audiencia con peregrinos de Eslovaquia, en el Aula Pablo VI del Vaticano.
Y agregó: “A mi me gusta andar pero esta vez debo obedecer al médico. Por eso os pediré el sacrificio de subir las escaleras y os saludaré aquí, sentado. Es una humillación pero la ofrezco por vuestro país”.
El pontífice, de 85 años, padece un problema en la pierna derecha que le dificulta el caminar, haciéndole cojear, y le impide permanecer durante largo rato de pie.
En las últimas semanas ha suspendido su agenda algunos días para someterse a pruebas médicas y este problema le obligó a cambiar algunos ritos durante la pasada Semana Santa, como el de la postración en la basílica vaticana por el Viernes Santo.