Los periodistas extranjeros en China se enfrentaron en 2022 a más controles y restricciones a la hora de realizar coberturas debido a la férrea política de ‘covid cero’, vigente hasta finales del año pasado, según el informe anual del Club de Corresponsales de Prensa Extranjera en China (FCCC).
«Ha sido otro año duro y agotador. Los controles por el ‘covid cero’ echaron por tierra las coberturas de medios ya de por sí bajos de moral y con plantillas reducidas por las expulsiones de periodistas y los retrasos a la hora de recibir nuevos visados», según el informe, publicado este miércoles.
El club agrega que los corresponsales viajaron menos en 2022: «El año pasado, no tuvimos la oportunidad de cubrir China en profundidad debido a las restricciones por la covid».
Los periodistas también destacan que aunque se hayan levantado los controles por el covid -que incluían cuarentenas, limitaciones a la movilidad o la obligatoriedad de realizar PCR diarias-, otras restricciones continúan vigentes.
Entre ellas, destacan la «obstrucción policial» a la hora de informar o la cancelación de entrevistas a última hora debido a la presión de las autoridades.
El club denuncia asimismo el «acoso» a periodistas extranjeros durante los Juegos Olímpicos de Invierno, que tuvieron lugar en febrero de 2022, y durante el XX Congreso del Partido Comunista (PCCh) de octubre.
Sobre este último, el club asegura que muchos medios acreditados finalmente no tuvieron acceso a ninguno de los eventos que querían cubrir.
El FCCC denuncia igualmente «restricciones, obstrucciones e intimidación» durante las protestas de finales del año pasado contra la política del cero covid.
Por ejemplo, a finales de noviembre, un periodista de la cadena británica BBC fue detenido en Shanghái tras ser «golpeado y pateado» por agentes de la policía mientras grababa la ola de protestas contra las políticas anti-covid.
Otro informador denuncia que la policía detuvo temporalmente a un empleado chino de un medio extranjero por estar «presuntamente involucrado» en grupos de la red social Telegram en los que se hablaba de las protestas.
Así, el club también alerta de un aumento de las tecnologías de vigilancia así como de presión y de amenazas contra quienes hablen con medios extranjeros: «La lista de personas a las que se les prohíbe explícitamente hablar con la prensa extranjera es simplemente demasiado grande como para recordarla. Va de empleados de empresas estatales a médicos, trabajadores y académicos», denuncia un corresponsal en el informe.
Por otra parte, muchos medios siguen aún esperando la concesión de acreditaciones de prensa, a lo que hay que sumar las tensiones geopolíticas que, en algunos casos, pueden alterar el proceso de tramitación de visados, según el FCCC.
«En 2023, las perspectivas de que las tramitaciones pendientes se solucionen son bastante limitadas. Por ejemplo, las negociaciones entre EEUU y China para que se concedan nuevos visados a los reporteros que trabajan para medios estadounidenses se han estancado. La incertidumbre complica la capacidad de los medios para informar sobre un país complejo ya de por sí difícil de cubrir», indica el club.
«China sigue siendo una de las historias más importantes de nuestro tiempo y, sin embargo, desde que comenzó la pandemia la libertad de prensa ha disminuido a un ritmo muy acelerado», remata el informe.
EFE