Canadá presentó un plan estratégico para el Indo-pacífico que prevé el incremento de su presencia militar en la región y endurece su posición frente a China, país al que califica como «un actor global cada vez más disruptivo».
El documento, de 26 páginas y presentado a última hora del domingo por la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Mélanie Joly, señala un endurecimiento de las relaciones de Canadá con China.
China reaccionó este lunes criticando a las autoridades canadienses y dijo que el plan está «repleto de prejuicios ideológicos».
El documento asegura que el objetivo de China es convertirse en la principal potencia de la región a través de su influencia económica, su impacto diplomático, sus capacidades militares ofensivas y sus tecnologías avanzadas.
Canadá considera que Pekín está realizando inversiones «a gran escala» para que la región y el resto del mundo se adapten a sus necesidades.
«China está orientada a conformar el orden internacional en un entorno más permisivo a intereses y valores que cada vez más se separan de los nuestros», añadió el plan estratégico canadiense.
El plan compromete un gasto de 500 millones de dólares canadienses (unos 370 millones de dólares) durante los próximos cinco años para mejorar la cooperación militar y en materia de inteligencia con los aliados de Ottawa en la región.
Altos funcionarios canadienses que discutieron este lunes el contenido del plan con periodistas dijeron que contiene herramientas para profundizar las relaciones con Japón y Corea del Sur en el Pacífico norte, región que califica como «el vecindario de Canadá».
Además de incrementar su presencia militar en el Pacífico, Canadá apuntó que reforzará sus reglas sobre inversiones extranjeras para proteger la propiedad intelectual canadiense y evitar que las empresas estatales chinas controlen materias primas consideradas clave.
La publicación de la hoja de ruta estratégica para el Indo-pacifica se produce cuando las relaciones chino-canadienses se encuentran en su punto más bajo en décadas.
Ottawa y Pekín han estado intercambiando críticas y represalias desde que en diciembre de 2018 la Policía canadiense detuvo a petición de Estados Unidos a Meng Wanzhou, una ciudadana china que es directora financiera de Huawei e hija del fundador de la compañía tecnológica china.
Tras la detención de Meng, China arrestó a dos ciudadanos canadienses, Michael Spavor y Michael Kovrig, a quienes acusó de espionaje.
Meng, Spavor y Kovrig recuperaron su libertad en septiembre de 2021 tras un acuerdo a tres bandas entre Canadá, Estados Unidos y China. Pero las relaciones diplomáticas entre Canadá y China nunca se han recuperado.
Con información de EFE