Luego de quince años de otro 15 de julio, pero de 2010, cuando el Parlamento argentino sancionó la ley que legalizó el matrimonio igualitario, las organizaciones defensoras del colectivo LGTBI advierten que este derecho está «en peligro» ante los discursos de odio y los retrocesos sociales derivados de la llegada a la Presidencia de Javier Milei, en diciembre de 2023.
«Hoy el derecho del matrimonio igualitario corre peligro. La violencia, que viene desde el poder central genera un aumento de discursos de odio, agresiones y hasta crímenes que vemos con preocupación. Tenemos que cuidarlo y salir a defenderlo. Quieren que volvamos a escondernos pero al calabozo y al ‘closet’ no volvemos más», afirma a EFE Carlos Álvarez Nazareno.
Álvarez Nazareno y su pareja, Martín Canevaro, miembros de la organización 100 % Diversidad y Derechos, se casaron dos meses antes de la sanción de la ley de matrimonio igualitario gracias a un amparo presentado en la Justicia. Su unión fue clave en la apertura del debate parlamentario.
“Ese día fue transformador. Nos igualamos en derechos con el resto de las parejas. Pudimos garantizar protección para nuestra familia, nuestras hijas, nuestra obra social”, resume Álvarez Nazareno sobre el día de su boda.
En una entrevista con EFE, Canevaro agrega: “Logramos transformarnos en ciudadanos de primera”.
Otra pareja pionera fue la formada por César Cigliutti y Marcelo Suntheim, ya que fueron los primeros que formalizaron una unión civil entre personas del mismo sexo en Argentina, en 2002, figura legal que conlleva menores derechos que el matrimonio.
En 2008 se casaron en España cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero legalizó el matrimonio igualitario y luego exigieron el reconocimiento legal de su unión en Argentina.
“Sentimos por primera vez que estábamos protegidos. Esa paz nos afianzó como pareja”, recuerda Suntheim, quien compartió casi 20 años de su vida con Cigliutti, fallecido en 2020 y quien fuera presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).
Un hito para Latinoamérica
La sanción de la ley de matrimonio igualitario en Argentina fue un hito en la historia de los derechos humanos en Latinoamérica.
Con su aprobación, este país fue el primero de la región y el quinto en el mundo en permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Esta ley fue el resultado de más de tres décadas de lucha de las organizaciones defensoras de los derechos del colectivo y la habilitación del debate en el Congreso ocurrió durante el Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015).
“La noche de la votación fue mágica”, rememora Suntheim, y añade: “Instalamos carpas y pantallas frente al Congreso. No sabíamos si se aprobaría hasta último momento. Fue una alegría inmensa”.
Canevaro cuenta que el término ‘matrimonio igualitario’ se acuñó porque el planteamiento central fue la igualdad ante la ley. “No queríamos un matrimonio ‘gay’, sino el acceso igualitario al matrimonio civil”, explica.
Quince años después
Quince años después de lograr aquel hito, las amenazas a los derechos conquistados aparecen en Argentina. “Vemos discursos de odio, cierre de instituciones clave como el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades, o el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), y una violencia que baja desde el poder”, advierte Álvarez Nazareno.
Suntheim recuerda que el presidente Javier Milei «asoció diversidad sexual con pedofilia» en el Foro Económico Mundial de Davos, en febrero pasado: «Es un retroceso brutal y si hoy se votara la ley, no se aprobaría”, argumentó.
Para Canevaro, el mayor legado de la ley es la libertad para las nuevas generaciones: “Ver hoy a chicos tomarse de la mano sin miedo es el fruto de esa lucha”. Y advierte: “Los derechos nunca deben darse por sentados. Hay que defenderlos”. EFE