Aunque el Miss Venezuela volvió al Poliedro de Caracas con bombos y platillos, después de nueve años, los seguidores del certamen no acudieron masivamente y el principal aforo techado del país quedó medio vacío la noche del miércoles.
Los organizadores del show televisivo pusieron a la venta 7.000 boletos para esta gala, que tenían un costo de entre 50 y 470 dólares, en un país que tiene más de la mitad de la población con pobreza extrema.
Por esa razón, en el momento en que la presentadora, Maite Delgado, saludó con su característico «¡Buenas noches, Poliedro de Caracas!», las cámaras no pudieron hacer un paneo abierto del lugar, ya que muchos de los asientos de las gradas estaban vacíos.