El Centro Venezolano Argentino Araguaney fue el escenario de la primera Noche de Guataca en Argentina, una velada íntima que transportó a los asistentes a las playas y paisajes del oriente venezolano a través de la música y el canto.
Con la participación de los músicos venezolanos Amanda Querales, Ligiaelena Querales, Kelvin Zapata y Abrahan León, el público disfrutó de un repertorio del cancionero popular del oriente del país.
“Este espacio está pensado para que los ciudadanos de otras nacionalidades conozcan nuestra cultura y también es un espacio para que nuestros niños migrantes, que se vinieron muy chiquitos o que nacieron acá, conozcan nuestra música y todas nuestras tradiciones tan hermosas. Fue una noche increíble. Vinieron venezolanos, pero también nos sorprendió que vinieron muchos argentinos. Así que estamos felices de tenerlos a todos acá”, expresó Alé Yánez, coordinadora de Cultura de Alianza por Venezuela.
Desde la iniciativa cultural Guataca, Serena Rangel resaltó el valor de la propuesta: “La idea es conectar con nuestras músicas y nuestras raíces, que cuando escuchen estas bellas voces y estos sonidos maravillosos, sientan al menos por un ratito que están en Cumaná, en Margarita, en Puerto Píritu, en Carúpano, en Playa Colorada”.
Por su parte, la música Ligiaelena Querales celebró la recepción del público argentino y venezolano: “Estoy muy feliz de haber participado en la primera edición de Noches de Guataca con esta gente hermosa que nos recibió de brazos abiertos, con un público venezolano y argentino que se gozaron un montón la noche. Espero que se repitan encuentros como este, que enaltecen nuestra cultura popular y el compartir y la alegría entre todos. Que se multiplique. Deseo el mayor de los éxitos a Alianza por Venezuela y el equipo de Guataca para que se sigan difundiendo y compartiendo espacios como este”.
Al terminar el concierto, los asistentes pudieron sumarse a la guataca cantando sus canciones preferidas y creando ritmos con instrumentos improvisados, como tambores hechos con tobos o charrascas armadas con rallos de cocina.
La música estuvo acompañada de un viaje gastronómico al oriente venezolano, con arroz marinero, empanadas de cazón y de calamares, tostones y los infaltables tequeños,junto al ya tradicional trago “Venezuela Libre”.