La Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU presentó este martes en Ginebra su más reciente informe sobre la situación de derechos humanos en Venezuela, en el que confirma que el régimen de Cuba entrenó a los servicios de inteligencia de Venezuela.
En su informe, la Misión detalla que el régimen de Hugo Chávez y la dictadura cubana suscribieron en 2008 un Memorando de Entendimiento confidencial.
«Los cubanos entrenaron, asesoraron y participaron en actividades de inteligencia y contrainteligencia con la DGCIM», señala la ONU, según revelaron exfuncionarios de la DGCIM.
El Memorando encomendaba al Ministerio de Defensa cubano la supervisión de la reestructuración de los servicios de inteligencia militar venezolanos, incluso mediante la “creación de nuevos órganos”.
Este Memorando de Entendimiento también le encomendaba al régimen cubano «la formación de las funcionarias y los funcionarios de la DGCIM, incluidos los de mayor rango, y el desempeño de un papel activo en los esfuerzos de contrainteligencia venezolanos», señala la Misión.
El objetivo de la colaboración era “descubrir y enfrentar los esfuerzos subversivos y de inteligencia en nombre del enemigo, así como la actividad criminal”.
En otro acuerdo, que fue firmado al mismo tiempo, se estableció la creación de «un comité conjunto cubano-venezolano compuesto por militares cubanos expertos que supervisarían las inspecciones y los entrenamientos de la FANB en su conjunto».
Según documentos confidenciales revisados por la Misión, esta colaboración continuó realizándose sin fechas de expiración.
Exfuncionarios de la DGCIM le manifestaron a la Misión que, después de la firma del Memorando de Entendimiento, «los oficiales cubanos comenzaron a dirigir entrenamientos en la academia militar de Boleíta y a acompañar a los oficiales de la DGCIM en las oficinas regionales y en Boleíta».
Si algún funcionario de la DGCIM se negaba a seguir las instrucciones de los agentes cubanos, era marcado o marcada como “persona de interés operativo”, es decir, «sospechoso de contrarrevolución».
Los agentes cubanos también «desempeñaban un papel destacado en el desarrollo de las técnicas de interrogatorio y los métodos de vigilancia en la DGCIM, así como en las estructuras y los objetivos de las Direcciones, incluidas las Direcciones de Comunicaciones y Operaciones. Era habitual que agentes de la DGCIM viajaran a Cuba para recibir formación», relataron personas vinculadas a la Misión.