El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, acusó este lunes a la jerarquía de la Iglesia Católica venezolana de actuar en complicidad con intereses extranjeros, en particular los de Estados Unidos, y de estar “divorciada” de las necesidades del pueblo.
Durante su rueda de prensa semanal, Cabello cargó contra la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), a la que acusó de guardar silencio ante las supuestas amenazas de intervención militar en el país. “Ellos creen que tienen un poder divino que no les va a pasar nada. Sus intereses están alineados con los del imperialismo”, afirmó.
La arremetida se produce luego de que el pasado sábado el régimen impidiera al cardenal Baltazar Porras viajar al estado Trujillo para presidir una misa de acción de gracias en el santuario de José Gregorio Hernández, en Isnotú, con motivo de su reciente canonización.
Porras denunció que desde la noche del viernes comenzaron maniobras para obstaculizar su traslado, incluyendo la suspensión de su vuelo por parte de la aerolínea estatal Conviasa y un despliegue militar en el aeropuerto de Barquisimeto que le impidió continuar el viaje. “Nos trataron como si estuviéramos tramando algo. Me pregunto cuál es el delito que he cometido para que no me permitan presidir una misa”, expresó el prelado.
Cabello, sin referirse directamente al incidente, acusó a la jerarquía eclesiástica de haber intentado sabotear los actos de canonización tanto en Roma como en Venezuela. “La fe del pueblo pudo más que las malas intenciones de esos ciudadanos que tienen una sotana puesta”, dijo.
El cardenal Porras ha sido una de las voces más críticas del régimen en el ámbito religioso. Días antes, desde Roma, pronunció un discurso en defensa de los presos políticos venezolanos y denunció la “militarización como forma de gobierno”, la corrupción y la falta de autonomía de los poderes públicos. “Vivimos en una situación moralmente inaceptable”, afirmó.













