La Siria de la familia Al Assad, que gobernó el país árabe desde 1971, colapsó este domingo a manos de los rebeldes sirios, que tomaron Damasco sin apenas resistencia tras apenas 12 días de ofensiva.
Bashar Al Assad huyó del país en un avión «especial» según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos y se desconoce su paradero. Mientras, en las calles de Damasco y otras ciuades del país miles de ciudadanos salieron a celebrar el derrocamiento del dictador.
Miles de personas se congregaron en la plaza de los Omeyas, uno de los puntos neurálgicos de la capital, donde están, además de la televisión, las sedes del ministerio de Defensa y del Ejército.
En las redes sociales circularon imágenes de las celebraciones, en la que se pudo ver cómo los ciudadanos rompían y quemaban afiches de Al Assad y derribaban estatuas de su padre, Háfez Al Assad, quien gobernó Siria entre 1971 y 2000.
En simultáneo, fueron liberados miles de presos políticos del depuesto régimen de Bashar Al Assad. Los rebeldes tomaron control de la cárcel de Sednaya, el peor centro de torturas de Al Assad, y abrieron las celdas para que pudieran salir los ciudadanos sirios que estaban injustamnte encarcelados por el régimen.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que «las puertas de la tristemente célebre prisión ‘Sednaya’, conocida como el ‘matadero humano’, fueron abiertas para miles de presos detenidos por el aparato de seguridad bajo el mando del régimen».
Transición y tranquilidad
Pese a que en un primer momento se reportaron disparos y explosiones en Damasco, la toma de la ciudad se ha hecho con relativa calma y con pedidos por todas las partes para preservar la tranquilidad, evitar la violencia y «venganzas».
Abu Mohamed al Jolani, el líder de los rebeldes agrupados en el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), pidió a sus seguidores tranquilidad y evitar abusos en las zonas bajo su control, como lleva haciendo desde que inició su ofensiva relámpago que ha abierto un nuevo paradigma geopolítico en todo Oriente Medio.
«Entrad en Damasco con modestia, tratad bien a vuestro pueblo y a vuestra gente. Debéis ser los mejores soldados, como os ha descrito el enviado de Dios«, afirmó en su mensaje, en el que añadió que deben «proteger las instituciones públicas y sus propiedades, ya que son propiedad del pueblo».
El primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali, aseguró este domingo que tiende su mano a «todo sirio que se interesa por este país para preservar sus instituciones», en un vídeo publicado después de que los insurgentes islamistas tomaran el control de la capital.
En ese sentido, dijo estar dispuesto a dar «todo tipo de facilidades» para transferir «los expedientes gubernamentales sin problemas y de forma sistemática para preservar las instituciones del Estado», a las nuevas autoridades que asuman el poder.
Los rebeldes dijeron poco después que las instituciones públicas en Siria permanecerán bajo la supervisión de Al Jalali hasta que sean «entregadas oficialmente».
La radiotelevisión siria también quedó en manos de los rebeldes, que transmitieron un mensaje de victoria.
Entre las primeras órdenes de los insurgentes en Damasco estuvo la de prohibir «a todas las fuerzas militares de la ciudad» que se acerquen a las instituciones públicas hasta que sean entregadas oficialmente», así como «disparar balas al aire».
Con información de EFE