El extenista español Rafael Nadal, con lágrimas en sus ojos, agradeció al público el homenaje que le ofreció Roland Garros este domingo.
«Aquí he disfrutado, sufrido, ganado, perdido», destacó Nadal en el comienzo de su discurso en la pista central de Roland Garros.
Aseguró que el homenaje que recibió este domingo en Roland Garros supuso «el momento más emocionante» de su carrera. «No me gusta ser el centro de atención, he sufrido un poco por eso, pero lo he disfrutado mucho», aseguró el exjugador en una rueda de prensa minutos después de la ceremonia, que definió como «perfecta». «Tal y como la había soñado», apostilló.
Reconoció que la placa con la huella de su pie derecho, su nombre y el número 14 (las veces que ha ganado Roland Garros) que fue descubierta en el suelo de la pista central y que quedará para siempre le sorprendió: «Pensaba que sería solo para este año, pero no tengo palabras para expresar lo que significa, es un honor gigantesco lo que significa tener eso en la pista más importante de mi carrera».
«Tener un trocito de mí para siempre en la Philippe Chatrier me emociona solo de pensarlo», dijo.
Nadal reiteró su agradecimiento al público francés, que le hizo sentirse «uno más» pese a ser «español y presumir de ello», y recordó que le permitieron llevar la antorcha olímpica en los Juegos de París.
Sobre la presencia de Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray, Nadal destacó que puede ser un buen mensaje para los jóvenes «en un momento de mucha crispación y radicalidad en el mundo».
«Creo que hemos demostrado que se puede querer al rival y al tiempo querer ganarlo con todas tus fuerzas y esforzarte al máximo para conseguirlo», subrayó.
Aseguró que ahora, ya retirado del tenis, no le importa nada que Novak siga sumando títulos, algo que «hace cuatro años sí habría tenido importancia».
Nadal señaló que el homenaje de París era necesario, que le permite pasar a otra cosa en su carrera y recordó que no ha vuelto a tocar una raqueta desde que puso fin a su carrera.
«No me fui cansado del tenis, terminé amándolo, pero mi cuerpo ya no podía más. Cerré una etapa de mi vida y como no tengo un gran ego, no necesito momentos como el de hoy, vivo bien en el anonimato de la vida cotidiana», afirmó.
«Pero este homenaje me ha emocionado, ha sido especial y quiero agradecer a todos los que lo han hecho posible», añadió.
Nadal llegó este domingo a Roland Garros rodeado de su familia y de su equipo más cercano, para recibir un homenaje que le había prometido el torneo tras su retirada.
Con traje y chaqueta negros, el español accedió a las instalaciones del torneo que ha ganado catorce veces, lo que le ha hecho acreedor de un merecido homenaje que tendrá lugar durante la tarde, cuando acabe el tercero de los partidos programados en la sesión matinal.
Nadal llegó acompañado de su esposa, María Francisca Perelló, embarazada de su segundo hijo y que llevaba en un carrito al pequeño Rafa, que luego pasó a estar en brazos de su padre.
EFE