El presidente francés, Emmanuel Macron, dará este miércoles una nueva vuelta de tuerca en las restricciones ciudadanas, incluido quizá un toque de queda, para intentar contener los contagios de COVID-19 ante lo que su Gobierno no duda en calificar de “segunda ola”.
Varios líderes de la oposición han dado a entender que no se opondrán a un eventual toque de queda, que según diversas filtraciones del entorno de Macron a la prensa es una de las opciones barajadas para los anuncios que se esperan durante su entrevista en los dos principales canales de televisión esta tarde a partir de las 19.55 (17.55 GMT), en horario de máxima audiencia.
El secretario general de Los Republicanos, Aurélien Pradié, afirmó este miércoles que “el reconfinamiento local es imposible” por el impacto social y económico que tendría y por eso “hay que buscar otras soluciones”, según dijo en una entrevista a la emisora France Info en la que se le planteó la hipótesis de un toque de queda, del que se habla desde el lunes.
“¿Por qué no?”, respondió Pradié, que antes había explicado que su partido, en la oposición, apoyará “todas las decisiones que se tomen”. No obstante, a continuación, hizo notar que las «decisiones brutales» que ahora hay que adoptar son consecuencia de la “inacción”: “Este Gobierno ha sido incapaz de estar a la altura durante meses”.
En una línea similar, el secretario general del Partido Comunista Francés (PCF), Fabien Roussel, se mostró convencido en otra entrevista al canal “BFMTV” de que “si hay que imponer un toque de queda para evitar un confinamiento generalizado” los franceses lo aceptarán, pero al mismo tiempo eso “sería un fracaso para el Ejecutivo”.
EFE