El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, consideró el «colmo del cinismo» la reinclusión de su país en la lista elaborada por Estados Unidos de países patrocinadores del terrorismo, de la cual salió en 2015 durante el proceso de «deshielo» bilateral.
«Los terroristas e inmorales de la administración Trump nos acusan de patrocinar al terrorismo», escribió Díaz-Canel en Twitter, donde publicó también una fotografía de la estatua de José Martí que resultó dañada por balas durante un ataque sufrido por la embajada de Cuba en Washington en mayo pasado y cuyo autor, un hombre de origen cubano, fue detenido poco después.
Condena firme y absoluta a la fraudulenta calificación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo.#Bloqueo de USA vs #Cuba es terrorismo de estado. Y en el colmo del cinismo, los terroristas e inmorales de la administración #Trump nos acusan de patrocinar al terrorismo. pic.twitter.com/UN6Ki70Cly
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) January 12, 2021
El mandatario reiteró en la red social la condena «firme y absoluta» a la decisión anunciada la víspera por la administración saliente de Estados Unidos, hecho que calificó también como fraudulento.
El reingreso en la lista no tomó por sorpresa al Gobierno cubano que ya el 30 de enero de 2020 denunció una «maniobra» de EEUU en este sentido para «complacer a la minoría anticubana en la Florida», según dijo entonces el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez.
Cuba ingresó en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo en 1982 y salió en mayo del 2015 como parte del proceso de normalización de relaciones bilaterales impulsado por el entonces mandatario demócrata Barack Obama (2009-2017).
Sin embargo, el Departamento de Estado reintegró al país caribeño a esa lista ocho días antes de que el actual presidente, Donald Trump, abandone la Casa Blanca.
La víspera, el secretario de Estado, Mike Pompeo, justificó la medida aludiendo al supuesto apoyo repetido de Cuba «a actos de terrorismo internacional al otorgar refugio seguro a terroristas».
Pompeo acusó al Gobierno cubano de haber «alimentado, alojado y brindado atención médica a asesinos, fabricantes de bombas y secuestradores, mientras muchos cubanos pasan hambre, no tienen hogar y no tienen medicinas básicas».
En concreto, aludió a la negativa del Ejecutivo cubano a extraditar a diez miembros de la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que viajaron a La Habana para participar en negociaciones de paz con el Gobierno del país suramericano, y a los que Colombia reclama por un atentado que en enero de 2019 mató a 22 personas e hirió a más de 87.
Cuba, país garante de los diálogos de paz, ha rechazado reiteradamente esta solicitud, al considerar que supondría una violación de los protocolos internacionales que amparan las negociaciones.
El regreso a la lista de patrocinadores del terrorismo supone la imposición de nuevas sanciones que en la práctica ya pesaban sobre el país caribeño debido al embargo comercial y financiero que EE.UU. mantiene desde hace seis décadas sobre la isla.
El presidente electo Joe Biden ha prometido descongelar el proceso de acercamiento impulsado por Obama y revertir -aún no se ha precisado si en parte o en su totalidad- las sanciones impuestas por Trump en los últimos cuatro años.