La compañía Twitter ya solo cuenta con 1.300 empleados de los 7.500 que tenía cuando Elon Musk se convirtió en su propietario único y procedió a recortes masivos de personal, según la cadena económica CNBC, que asegura haber visto documentos internos.
De los 1.300, 550 son ingenieros a tiempo completo, mientras que el equipo de «seguridad y fiabilidad» (trust and safety) solo cuenta con 20 personas, pese a ser la sección crítica para garantizar la seguridad de los usuarios y sus cuentas.
Cuando Musk confirmó definitivamente su compra de la red por 44.000 millones de dólares y entró en la sede de la compañía en San Francisco, lo hizo entre constantes rumores de que pensaba acometer despidos, que vinieron a confirmarse de inmediato por parte de los afectados -Musk nunca los hizo públicos-, y ahora esos recortes de personal equivalen casi al 80 %, según la misma fuente.
Un ingeniero que dimitió por propia voluntad explicó a CNBC que el reclutamiento de nuevos ingenieros es más complicado de lo que puede parecer, pues más allá de conocimientos generales de programación, requieren un buen «conocimiento institucional» de Twitter en el tratamiento de la publicidad o la confección del «timeline».
Esos conocimientos no pueden suponerse de inmediato a los ingenieros trasladados a Twitter desde las otras compañías de Musk, como Tesla o SpaceX.
El recorte de personal tiene que ver con los constantes llamamientos de Musk a reducir los enormes costos que genera la red frente a unos beneficios que han ido cayendo en picado desde su llegada, principalmente por la huida masiva de anunciantes, espantados por los constantes bandazos de su propietario y la nueva e incierta política de contenidos.
Musk llegó a decir a principios de noviembre que Twitter perdía 4 millones de dólares diarios -como justificación para los despidos-, y el pasado miércoles puso en venta en una subasta una gran parte del mobiliario corporativo de las oficinas de San Francisco, todo con el fin de sufragar las pérdidas. EFE