Una procesión partió desde el patio del palacio de Holyroodhouse acompañando el féretro de la reina Isabel II hasta la catedral de Saint Giles, en Escocia.
El rey Carlos III y miembros de la Familia Real acompañaron el cortejo hasta la catedral, donde comenzó una capilla ardiente para que los escoceses puedan despedirse de la reina, cuyo cuerpo será custodiado por la Real Compañía de Arqueros.