La coalición de gobierno de argentina no ha podido recuperarse tras la derrota sufrida en las elecciones legislativas de finales del año pasado. A pesar de los intentos por escenificar unidad, las tensiones cada vez son mayores e inocultables.
El presidente, Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, tienen más de dos meses sin hablar entre ellos, mientras dirigentes de cada bando recrudecen sus ataques mutuos.
El más reciente fue el ministro de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, quien es secretario general de La Cámpora, el partido fundado por el hijo de la vicepresidenta, Máximo Kirchner.
En una entrevista radial, Larroque acusó al presidente Fernández de estar forzando una ruptura en el Frente de Todos. “Alberto fuerza la ruptura permanentemente con operaciones de desgaste sobre la figura de Cristina», dijo.
«No hay albertismo«, afirmó Larroque. «Están todos especulando haciéndole un gran daño al país, al peronismo y al Frente de Todos».
El dirigente camporista acusó a los ministro cercanos a Alberto Fernández de estar construyendo una «derrota» para las elecciones presidenciales de 2023. Sin embargo, a pesar de las diferencias internas, fue enfático al asegurar que el kirchnerismo no dejará sus cargos. «El gobierno es nuestro», sostuvo.
El propio Presidente le respondió en un acto público, en el que aseguró que «el gobierno no es mío, no es de nadie. El gobierno es del pueblo».
Pero la respuesta más dura vino por parte del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, quien ha asegurado que «al Presidente no lo van a apretar con una declaración estúpida».
En medio de los ataques, la vicepresidenta Kirchner publicó unos sugestivos mensajes en su cuenta de Twitter, en los que aseguró que «nos íbamos a legitimar gobernando… porque se podía ser legítimo y legal de origen y no de gestión».
Si bien Cristina se estaba refiriendo a la gestión de gobierno de su difunto esposo, Néstor Kirchner, en 2003, en la política argentina se entendió como un mensaje dirigido al presidente Alberto Fernández.
Dirigentes cercanos al mandatario, como Luis D’Elía, se han animado a advertir que «hay un golpe palaciego que busca desestabilizar» al gobierno de Alberto Fernández..