En marzo pasado se registraron en Cuba 232 protestas, comparadas con 207 en febrero, 149 de ellas en defensa de los derechos políticos y civiles ante un régimen que “ha desplegado una política de terror extremo” para inhibir las manifestaciones en la isla, según un informe del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) divulgado este lunes.
Ocho meses después del “masivo levantamiento popular del 11 y 12 de julio de 2021″, el OCC ha contabilizado 2.267 protestas en Cuba, un incremento de más del 60 % con relación a los 8 meses previos al 11J, señala esta organización en su informe mensual.
“La frustración por la crisis interna generalizada y la falta de libertades, así como las desproporcionadas condenas y otros abusos contra los manifestantes pacíficos del 11J continuaron galvanizando en marzo a los críticos del Gobierno”, resalta el OCC, un proyecto autónomo de la sociedad civil apoyado por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba.
En ese contexto, el OCC se hace eco de las declaraciones del famoso cantautor cubano Silvio Rodríguez en las que critica las condenas a los manifestantes: “Que yo sepa no mataron a nadie. ¿Condenas de 15, 20 y 30 años por desórdenes públicos? No me parece justo”, critica Rodríguez.
Uno de los centenares de sentenciados que “conforman un nuevo y nutrido presidio político”, Brandon David Becerra Curbelo, de 18 años, se mantiene “firme en sus convicciones”: “Mi mente es libre, presos son ellos”, escribió el joven en una carta que recoge el OCC.
El informe del OCC correspondiente a marzo asegura que “no es posible poner fin a la inestabilidad nacional con las herramientas represivas y migratorias del Gran Terror”.
Según el “conflictómetro” de marzo de la OCC, Cuba “sigue siendo una bomba social con mecha corta”, y, en ese sentido, “la psicología de la población no es hoy la previa a la explosión social del 11J”, ya que la “insumisión anterior”, advirtió, “está siendo reemplazada por un profundo rencor”.
“Si el Gobierno (cubano) sigue en su posición de endurecimiento, las protestas se pueden convertir en violentas”, pronosticó el OCC.
De las 232 protestas contabilizadas en marzo pasado, 134 estuvieron relacionadas con “la represión y abuso policial, incluyendo las arbitrariedades judiciales y condenas a manifestantes pacíficos del 11 de julio, así como las torturas y maltratos en las cárceles”.