El funeral para despedir a Rayan, el niño marroquí que murió atrapado en un pozo, comenzó este lunes en una localidad del norte del país, poniendo fin a un drama que tuvo en vilo durante cinco días al mundo entero.
Las obsequias se desarrollan durante la plegaria musulmana del mediodía en un cementerio a unos kilómetros de Ighran, la localidad donde ocurrió el accidente, constataron periodistas de la agencia AFP en el lugar.
Cientos de personas acudieron a despedir al niño que el martes de la semana pasada cayó en un pozo seco de 32 metros de profundidad cerca de su vivienda, una tragedia que conmocionó al país y atrajo la atención mediática internacional.
Un imán pronunció una breve plegaria delante de la familia y los asistentes, antes de su inhumación.
El sábado los rescatistas, que cavaron una zanja paralela al pozo, lograron llegar hasta el lugar donde estaba el niño, pero el menor no sobrevivió.