Las ventas navideñas en Estados Unidos tuvieron su mayor aumento en 17 años, a pesar de la inflación, la escasez de algunos productos y la nueva variante del coronavirus, según una cifra especializada.
Mastercard Spending Pulse, que rastrea todo tipo de gastos incluyendo con tarjetas de crédito y de débito, reportó el domingo que las ventas navideñas aumentaron en un 8,5% con respecto al año previo. La firma había anticipado un aumento de 7,4%.
Los resultados, que abarcan del 1 de noviembre hasta el 24 de diciembre, fueron impulsados mayormente por compras de ropa y joyería.
Las ventas aumentaron un 10,7% comparado con lo que eran justo antes de la pandemia, en el 2019.
Por categoría, las ventas de ropa aumentaron en un 47%, joyería 32% y electrónicos 16%.
Las ventas online subieron 11% comparado con el año previo y 61% comparado con el 2019.
Las ventas en tiendas por departamento tuvieron un alza de 21% con respecto al año previo.
Tras el surgimiento de la variante ómicron, muchas personas se quedaron en casa, pero pasaron sus compras a la internet, por lo que la cifra general de ventas siguió aumentando.
“Me siento muy bien con el desarrollo de la temporada”, dijo Steve Sadove, asesor senior de Mastercard y ex director ejecutivo de Saks Inc. “Cuando la gente se siente un poco incómoda, vemos un poco de recuperación en las ventas online y un poco de desaceleración en las tiendas‘’.
Sadove dijo que los consumidores están “aprendiendo a vivir” con lo que COVID-19 les arroja.
“Está saliendo de 2021 con bastante impulso del consumidor”, dijo.
Aún así, tendrá un panorama más amplio de las ventas en Estados Unidos el mes que viene cuando la Federación Nacional de Minoristas publique sus resultados para los dos meses previos.
Esos resultados estarán basados en un análisis de las ventas de noviembre y diciembre difundidas por el departamento de Comercio. Los analistas estarán también examinando los resultados financieros correspondientes para el último trimestre del año por parte de varias cadenas minoristas, que serán difundidos en febrero.
Es probable que Ómicron desacelere el repunte inesperadamente fuerte de la economía de la recesión del coronavirus del año pasado, interrumpiendo los viajes y probablemente disuadiendo a algunos consumidores de aventurarse en tiendas, restaurantes y bares.
La variante también podría empeorar la inflación que ya está latente al forzar el cierre de fábricas y puertos, retrasar los envíos y hacer subir los precios.
“Una reapertura completa de la economía de Estados Unidos se retrasará una vez más”, dijo Robin Brooks, economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales, un grupo comercial de firmas financieras.
Pero aún no está claro qué tan profundo será el golpe o cuánto durará.