Bill Clinton fue dado de alta el domingo del hospital del sur de California donde había sido tratado por una infección.
El ex presidente estadounidense fue dado de alta alrededor de las 8 de la mañana del Centro Médico Irvine de la Universidad de California.
Clinton, de 75 años, había ingresado el martes al hospital del sureste de Los Ángeles por una infección no relacionada con el COVID-19, según las autoridades.
“Su fiebre y su recuento de glóbulos blancos se han normalizado y volverá a su casa en Nueva York para terminar su tratamiento de antibióticos”, informó el parte médico.
Las imágenes en directo de la CNN mostraron al expresidente saliendo de las instalaciones saludando a las cámaras y despidiéndose del personal médico.
El portavoz de Clinton, Ángel Ureña, había dicho el sábado que Clinton permanecería hospitalizada una noche más para recibir más antibióticos intravenosos. Pero todos los indicadores de salud estaban “tendiendo en la dirección correcta”, dijo Ureña.
El presidente Joe Biden dijo el viernes en la noche que había conversado con Bill Clinton y el ex mandatario envía saludos. “Está bien, realmente lo está”, afirmó Biden en declaraciones en la Universidad de Connecticut.
Un colaborador del expresidente dijo que Clinton tenía una infección urológica que se le fue a la sangre, pero se está recuperando y nunca entró en choque séptico, un problema que podría ser mortal. El colaborador, que solicitó el anonimato para hacer declaraciones a la prensa en el hospital, informó que Clinton estaba en una sección de cuidados intensivos pero sin recibir cuidados intensivos.
Desde que dejo la Casa Blanca a inicios de 2001, el expresidente ha tenido diversos incidentes de salud. En 2004, le efectuaron una cirugía de bypass cuádruple tras sufrir prolongados dolores en el pecho y dificultad para respirar. En 2005 le operaron un pulmón parcialmente colapsado y en 2010 le implantaron un par de stents en una arteria coronaria.
Bajó de peso y mejoró de salud tras adoptar una dieta principalmente vegana.
Reanudó sus actividades e hizo campaña a favor de candidatos demócratas, en especial para Hillary Clinton que fracasó en 2008 en lograr la candidatura presidencial.
En 2016, cuando Hillary Clinton buscó nuevamente ser la abanderada presidencial demócrata, su esposo, para entonces abuelo y próximo a cumplir 70 años, volvió a apoyarla activamente en campaña.