El candidato Pedro Castillo continúa liderando el recuento de votos de las elecciones presidenciales de Perú, que avanza lentamente sin verse afectado por la denuncia de «fraude sistemático» hecha por su rival, Keiko Fujimori.
Vía AFP
Castillo tiene el 50,20% de los votos sobre 49,79% de su adversaria, tras contabilizarse el 98,34% (fue procesado el 99,79%) pero la contienda sigue abierta, según fuentes del órgano electoral (ONPE). El político de izquierda aventaja a Fujimori por más de 71.000 votos.
En el exterior, Fujimori consiguió el 66,48% de los sufragios frente al 33,51% de su rival, con el 89,47% contabilizado (se procesó el 100%).
A pesar de que aún no ha terminado el conteo y que no ha sido confirmado oficialmente el ganador, Castillo se dirigió en la noche del martes a cientos de simpatizantes en el centro de Lima en donde insinuó que él era el vencedor de las elecciones.
El político izquierdista pidió “ser vigilantes de la voluntad popular” y saludó a quienes votaron por él frente a su rival de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.
Elecciones reñidas
Las últimas tres elecciones presidenciales de Perú ilustran el suspenso que caracteriza el escrutinio de votos en este país sudamericano, donde conocer al ganador puede tardar hasta 25 días.
El ballotage entre Castillo y Fujimori pasó a engrosar el grupo de elecciones en las que se tardaron más de 24 horas en conocer quién iba a gobernar el país los próximos cinco años. Fujimori ha protagonizado tres de estos desenlaces, considerando el actual.
La lentitud con la que el organismo electoral depura los resultados a partir del 90% del escrutinio va de la mano, entre otras cosas, con la logística y la geografía de Perú.
A partir del 90% del escrutinio, el organismo estatal, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), ralentiza porque empieza a depender del orden de llegada de las actas escrutadas provenientes de áreas rurales, selváticas y del extranjero.
En el caso de la Amazonía, varias actas se trasladan por vía fluvial por falta de carreteras.
En relación a votos de los electores que viven en el extranjero, que bordean un millón, las actas solo deben llegar por vía aérea con un funcionario diplomático en aras “de la neutralidad del proceso”.