La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió este martes que la crítica situación que se vive en Venezuela, a raíz del fraude electoral del 28 de julio, «no debe aceptarse ni normalizarse».
«El incumplimiento de las normas electorales en las recientes elecciones es claramente una violación de los derechos políticos del pueblo de Venezuela. Tres meses y medio después de estas elecciones, nuestro mensaje de hoy es que lo que sucedió y sigue sucediendo en Venezuela no debe aceptarse ni normalizarse», aseguró la presidenta de la CIDH, Roberta Clarke.
Durante una conferencia de prensa, Clarke recordó que hasta el día de hoy, las autoridades venezolanas siguen negándose a publicar las actas de las elecciones presidenciales.
«Esto es una negación flagrante de los derechos políticos de los venezolanos y sirve como evidencia clara de que la democracia ha sido efectivamente perturbada en ese país», afirmó.
La presidenta de la CIDH sostuvo que esta crisis no es un problema solo de Venezuela, sino que debe ser preocupación regional y global ya que se están violando los derechos humanos de miles de personas.
«En respuesta a las protestas por la falta de publicación de los resultados electorales, el régimen venezolano ha detenido y encarcelado arbitrariamente a personas. La represión política es la realidad para quienes se expresan», dijo.
Ante esto, pidió a la comunidad internacional «que siga exigiendo rendición de cuentas, que siga insistiendo en la publicación de las actas y que siga pidiendo un escrutinio independiente del proceso electoral».
En este sentido, advirtió que la proclamación de Nicolás Maduro para un tercer mandato presidencial «simplemente no es legítima».
«Algunos de ustedes se preguntarán por qué un organismo de derechos humanos aborda las denuncias de fraude electoral o por qué es un asunto que incumbe a la comunidad internacional. La respuesta es sencilla: los derechos políticos son derechos humanos y, en democracia, cada voto debe contarse y cada voto cuenta», subrayó.