La negativa de Donald Trump a participar en el traspaso de mando y toma de posesión de Joe Biden no solo tuvo efectos simbólicos -fue la primera vez en más de 150 años que un mandatario se comportó de esa manera- sino también prácticos. Entre ellos se destacó el cambio en la manera de transferir los códigos nucleares que siempre acompañan al presidente y permiten lanzar un ataque de ese calibre.
Los códigos le fueron entregados a Biden luego de convertirse en el 46° presidente de los Estados Unidos. Pero dadas las circunstancias especiales, por primera vez en la historia esta transferencia -que usualmente se hace de manera discreta en el escenario de investidura- requirió un esquema en dos etapas.
La última ocasión en la que el mandatario saliente no asistió a la jura de su sucesor tuvo lugar en 1869. Dado que no existían las armas nucleares, no se dio una situación de este estilo. El primer presidente en la historia del país en tener acceso a esta herramienta fue John F. Kennedy.
En esta ocasión, las autoridades debieron crear una copia del maletín de 20 kilos que contiene los códigos, considerando que el miércoles por la mañana, cuando voló desde la base militar Andrews hacia su residencia en Mar-a-Lago, Donald Trump seguía siendo presidente. Como tal, iba seguido de un ayudante militar que llevaba el famoso “balón” y tenía una pequeña tarjeta de plástico que contenía los códigos nucleares, apodada la “galleta”.
Al mismo tiempo en Washington, otro asistente militar, con otra maleta y otra “galleta”, ocupó su lugar en la plataforma erigida en los escalones del Capitolio -sede del Congreso- para la investidura de Joe Biden.
Lo que ocurrió durante la juramentación
Exactamente al mediodía (hora local), mientras tradicionalmente el asistente militar del presidente saliente debe entregar la maleta a su par del nuevo mandatario, esta vez la “galleta” de Donald Trump simplemente se desactivó. En simultáneo, una nueva clave fue atribuida a Joe Biden y activada en Washington, dando oficialmente al 46º presidente de los Estados Unidos el poder absoluto para usar las armas nucleares.
Medios locales habían reportado que el Pentágono ya tenía diseñada una estrategia, considerando que Trump había anticipado su reticencia a formar parte de la ceremonia.
Se dice que el maletín contiene una lista con las distintas alternativas para una retaliación nuclear que puede implementar el país, la “galleta” y un sistema de transmisión de emergencia que permite al presidente comunicar sus órdenes.
La herramienta, no obstante, sirve como respaldo para cuando el mandatario se encuentra lejos de los centros de comando en los que puede realizar la misma acción de manera protegida y rodeado de asesores especializados, como la “Sala de Situación” (situation room).
Y el del presidente no sería el único maletín. Reportes indican que de hecho hay tres: además de aquel asignado al mandatario, uno está disponible para el o la vicepresidente y otro para el “sobreviviente designado”, aquel funcionario o funcionaria del gabinete que asumiría al frente del Poder Ejecutivo si el presidente y vicepresidente no pueden cumplir sus funciones.
INFOBAE