Al cuatrimotor Ilyushin IL-96 del estado ruso, avión que transportó al canciller Serguei Lavrov a la cumbre del G20 en Brasil, le fue negada la recarga de combustible para un vuelo interno hacia Brasilia y desde allí, regresar a Moscú.
El canciller tenía previsto realizar un vuelo interno hacia Brasilia, para sostener una reunión con el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva; sin embargo, la mayor distribuidora y comercializadora de derivados del petróleo y biocombustibles de Brasil y América Latina, VIBRA, negó la posibilidad de recargar combustible para este vuelo, por temor a ser sancionada en el extranjero, publicó la página web Aviacionline.com.
«El avión de Lavrov debía repostar combustible en Brasilia, donde se reuniría con Lula, para volar hacia Casablanca, Marruecos. Pero Vibra, la mayor distribuidora y comercializadora de derivados del petróleo y biocombustibles de Brasil y América Latina, negó esa posibilidad por temor a ser sancionada en el extranjero», indicó dicha página web.
Agregó que «ante este temor, VIBRA, anteriormente conocida como BR Distribuidora y que fue una división de Petrobrás, se negó a suministrar combustible al IL-96 en Brasilia. El abastecimiento del Ilyushin en la capital brasileña era necesario para que pudiera volar sin escalas hasta Casablanca, donde sería reabastecido nuevamente para llegar a Rusia a través de nuevas rutas que evitan el espacio aéreo europeo».
«Si VIBRA hubiera suministrado combustible al IL-96, podría haber quedado impedida de vender combustible a American Airlines, Delta Airlines y United Airlines, que son las aerolíneas estadounidenses que operan regularmente en Brasil», recalcó la publicación.
El canciller ruso Lavrov tuvo que dejar el avión que lo llevó a Brasil a la reunión del G20. Las empresas que debían reaprovisionarlo de combustible se negaron para no recibir multas de la OFAC de EEUU
Las sanciones funcionan en estos casos pic.twitter.com/2lTT4NIvC4— Nacho Montes de Oca (@nachomdeo) February 22, 2024