La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció hoy desde la isla italiana de Lampedusa (sur), epicentro de la crisis migratoria del Mediterráneo, un plan de acción europeo para contener la inmigración irregular y compartir la gestión de los traslados de migrantes llegados a las costas italianas.
«He venido a Lampedusa para decir que la inmigración ilegal es un desafío europeo y requiere una respuesta europea», afirmó Von der Leyen acompañada de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien pidió la asistencia de la líder europea tras la llegada de más de 10.000 migrantes a la isla en apenas tres días.
El programa anunciado consta de diez compromisos, entre ellos un mecanismo de solidaridad para que otros países europeos transfieran migrantes llegados a Lampedusa fuera de Italia, actualizar la legislación europea contra el tráfico de personas y definir nuevos corredores humanitarios legales y seguros.
Von der Leyen también ha prometido aumentar la vigilancia aérea del Mediterráneo, a través de las agencias europeas como Frontex, y coordinar con los países de origen protocolos para repatriar en condiciones seguras a los migrantes que no reúnan las condiciones de asilo europeas.
«Nosotros debemos decidir quien entra en la Unión Europea, no los traficantes», llegó a pronunciar en su discurso tras visitar el centro de acogida al que llegan a diario decenas de barcazas desde África.
La visita de la mandataria europea ha coincidido con la llegada de más de 1.000 migrantes en las últimas horas a la isla, un número considerable pero lejos de las más de 10.000 que arribaron en tres días a mediados de esta semana.
Esa situación desbordó por completo la capacidad de acogida de la isla, cuya extensión es de 20 kilómetros cuadrados, y llevó a la líder del Ejecutivo italiano a reclamar la ayuda de la Unión Europea.
Por ello, Meloni afirmó que no consideraba la asistencia de Von der Leyen a Lampedusa un «acto de solidaridad», sino de «responsabilidad».
«Es una frontera de Italia pero también de Europa. Si alguno en Europa piensa que la crisis global se puede resolver solo dejándonos a los italianos se equivoca», sostuvo la líder ultraderechista flanqueada por la representante europea.
El programa europeo supone un espaldarazo a la estrategia defendida por Meloni desde su toma de posesión hace casi un año: abandonar las disputas sobre el reparto de migrantes entre los países europeos y centrar los esfuerzos en detener las salidas mediante acuerdos con los estados africanos.
Por ello, uno de los compromisos más esperados por el Gobierno italiano fue el último de los pronunciados por Von der Leyen, quien instó a acelerar la aplicación del acuerdo migratorio que Bruselas firmó con Túnez el pasado mes de julio y que incluía una ayuda macrofinanciera de más de 1.000 millones de euros a cambio de medidas de contención migratoria.
Minutos antes, las dos líderes recorrieron durante un paseo de apenas dos horas los puntos candentes del drama migratorio de Lampedusa, como el muelle en el que miles de migrantes quedaron varados hace unos días y el centro de acogida de su puerto, gestionado por la Cruz Roja con escasa capacidad para 400 personas.
«Los traficantes son gente sin escrúpulos, engañan a las personas y las ponen a riesgo solo para ganar dinero», denunció Von der Leyen, acompañada también por la comisaria europea para asuntos internos, Ylva Johansson.
Durante su recorrido, una protesta ciudadana interrumpió su paso para expresar su sensación de abandono por parte de Europa y reivindicar más recursos.
Solo en lo que va de año han desembarcado en Italia 127.207 inmigrantes, casi el doble que los 66.237 del mismo periodo del 2022 y el triple que los de 2021 (42.750), según los últimos datos actualizados por el Ministerio del Interior.
«Aquí está en juego el futuro de Europa, y depende de la capacidad de Europa para afrontar grandes desafíos. La inmigración ilegal es uno de estos desafíos trascendentales. He encontrado una disposición colaborativa en Von der Leyen», sostuvo Meloni. EFE