El expresidente brasileño Jair Bolsonaro negó este viernes que diera orden a su edecán, el teniente coronel Mauro Cid, para vender las joyas que recibió como regalos durante viajes oficiales como jefe de Estado.
«No mandé a nadie vender nada», dijo Bolsonaro en declaraciones a periodistas del diario «Estadão» mientras desayunaba en una cafetería y recalcó que Cid tenía «autonomía» para tomar sus decisiones.
Bolsonaro hizo estas declaraciones después de que el abogado de Cid, quien está en prisión preventiva desde el pasado mayo, dijera a varios medios de comunicación que se disponía a confesar que vendió las joyas bajo órdenes del exmandatario.
En relación a esas declaraciones, Bolsonaro señaló que no vio nada en concreto contra él y subrayó que lo que más le interesa es aclarar esta cuestión lo más rápidamente posible.
El caso se refiere a un conjunto de joyas y objetos de gran valor que le fueron obsequiados al capitán retirado del Ejército en viajes oficiales a Arabia Saudí y otros países árabes y que debió haber entregado al acervo del Estado al dejar el poder.
Según las investigaciones, Bolsonaro vendió algunas de esas joyas a través de intermediarios, aunque algunos de sus colaboradores las recompraron una vez que el Estado exigió su devolución.
En sus declaraciones de este viernes, Bolsonaro recalcó que un decreto que estuvo en vigor hasta 2021 permitía que los jefes de Estado se apropiaran de las piezas de joyería, tales como relojes o collares, recibidas como regalos.
El líder de la extrema derecha también se refirió a la orden judicial dictada el jueves, que autoriza a la Policía a investigar sus cuentas bancarias en Estados Unidos, para averiguar si recibió pagos por las ventas de las joyas.
Manifestó que no le preocupa esa orden del Tribunal Supremo de levantar su secreto bancario, pero admitió que es una decisión que le molesta.
Su esposa Michelle también se refirió a esa orden en una publicación en las redes sociales, en la que denunció que los Bolsonaro son objeto de una «persecución política».
El exmandatario es investigado en varias causas civiles y penales, entre ellas por la asonada golpista del 8 de enero, cuando miles de sus simpatizantes invadieron las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema en un intento por derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
EFE