El grupo de rescatistas Cascos Blancos declaró este sábado el fin de las operaciones de búsqueda de supervivientes en las áreas opositoras del noroeste de Siria golpeadas por los terremotos, después de no haber hallado a nadie con vida bajo los escombros desde el jueves.
La organización anunció que «las operaciones de búsqueda y rescate han sido dadas ahora por finalizadas», y recordó que sus equipos «trabajaron incansablemente durante 108 horas en más de 40 ciudades, pueblos y aldeas», en las que 479 edificios se derrumbaron completamente y 1.481 registraron daños graves.
Desde los movimientos telúricos registrados el lunes, los Cascos Blancos rescataron y asistieron a un total de 2.950 heridos en las áreas rebeldes de las provincias de Idlib y Alepo, pero «ningún superviviente ha sido rescatado con vida de debajo de los escombros desde el pasado jueves, 9 de febrero», lamentó el grupo.
Por ello, a partir de ahora sus esfuerzos se centrarán en recuperar los cadáveres sepultados y en las labores de desescombro.
Los terremotos han provocado la muerte de al menos 3.553 personas en todo el país, 2.166 de ellas en las zonas opositoras que escapan al control de Damasco.
El grupo de rescatistas denunció que se ha enfrentado a «numerosas dificultades» desde el seísmo inicial, principalmente la escasez de combustible para operar maquinaria pesada, la falta de equipos técnicos modernos para ubicar a los heridos y «la ausencia de ayuda y apoyo internacional».
«Trabajar con miles de heridos a bajas temperaturas y el riesgo de que la toxicidad se propague por los cuerpos de las personas atrapadas bajo los escombros se suma a los desafíos que enfrentaron nuestros equipos», indicaron en la nota.
Un convoy con ayuda humanitaria de Naciones Unidas llegó este sábado a las áreas opositoras del noroeste de Siria a través de un paso fronterizo con Turquía, en el tercer envío realizado desde el terremoto del lunes y el primero con suministros específicos para los afectados por el seísmo.
El primer convoy de ayuda humanitaria de la ONU llegó al noroeste sirio el pasado jueves, casi cuatro días después de los seísmos que han devastado esta región del país árabe.
EFE
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