La dictadura de Daniel Ortega busca presionar al Vaticano y a la Conferencia Episcopal de Nicaragua para enviar al exilio al obispo Rolando Álvarez, quien permanece sitiado por la Policía Nacional, que abrió una investigación en su contra por supuesta «desestabilización» y generar «zozobra».
«Al escalar la campaña represiva (contra la Iglesia católica y en particular al alto jerarca), Ortega persigue el objetivo de llegar a una negociación con el Vaticano o con la Conferencia Episcopal de Nicaragua que culmine con el exilio del obispo Rolando Álvarez, como sucedió con el obispo Silvio Báez» en 2019, advirtió el sociólogo y analista, Oscar René Vargas, quien fue asesor de Ortega durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990).
El obispo de la diócesis de Matagalpa fue acusado el viernes pasado por la Policía Nacional de intentar «organizar grupos violentos», supuestamente «con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales», y desde el jueves se encuentra retenido junto a cinco sacerdotes y seis laicos en el Palacio Episcopal, que está sitiado por fuerzas especiales policiales.
El analista advirtió que la dictadura también podría «expulsarlo del país como hicieron con el obispo Pablo Vega, en 1986, suspendiéndole el derecho a permanecer en el país».
También, analizó que el régimen orteguista empezará a citar a los feligreses que han apoyado al obispo, con el objetivo de amedrentarlos para evitar que las protestas se propaguen.
Con información de EFE